Cómo ser abogado laboralista: estudios y requisitos necesarios

Una de las áreas de creciente demanda por parte de todo tipo de organizaciones y empresas es la correspondiente al ámbito jurídico-laboral, pues aglutina diversas características que requieren disponer de profesionales especializados y permanentemente al tanto de las novedades legales y jurisprudenciales que constantemente surgen en torno al Derecho del Trabajo, materias que, por otra parte, en muchas ocasiones están dotadas de indudable complejidad técnica.

¿Qué es un abogado laboralista?

Nos referimos, claro está, a lo que comúnmente se denominan “abogados laboralistas”. El campo de juego de dichos profesionales del Derecho se ubica a caballo de la tradicional división entre Derecho Privado y Derecho Público, pues unas veces habrán de acudir en defensa de los intereses de sus clientes (empresarios o trabajadores) al orden “social” de la jurisdicción y otras al orden “contencioso-administrativo”.

Se trata, por tanto, de un área de ejercicio profesional de la abogacía que combina conocimientos comunes a otras ramas del derecho (la regulación de los contratos, por ejemplo) junto a otras específicas (los convenios colectivos –institución propia y característica de las fuentes de la relación laboral-), muy vinculadas a la dinámica de negociación colectiva / conflicto colectivo existente entre trabajadores y empresarios, tan propia del mundo del trabajo. Ello comporta la conveniencia de disponer, también, de conocimientos y habilidades en materia de mediación y conciliación.

¿Dónde operan los abogados laboralistas?

Es también la suya una actividad que opera tanto en el sector público, como el privado (miles de empleados públicos están sometidos a regulación laboral, por ejemplo).  Por otra parte, el componente “social” de esta disciplina y la propia regulación actual en materia “social”, propia de un estado desarrollado como España,  obliga a disponer de sólidos conocimiento en materia de Seguridad Social e incluso de Derecho Administrativo (muchas veces el oponente será la propia administración –p. ej., ante una reclamación de reconocimiento de una determinada prestación pública de invalidez o similar- o habrá de defenderse a un particular frente a la labor inspectora de un  poder público, por mencionar algunas).

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La evolución de la actividad

La actividad de los “laboralistas” ha estado lógicamente vinculada a la evolución de la propia disciplina del Derecho del Trabajo, relativamente “joven” en comparación con otras ramas del Derecho que gozan del lustre de la tradición: el Derecho del Trabajo surgió como evolución de la legislación obrera que los estados liberales pusieron en marcha a medida que el movimiento obrero fue dando sus primeros pasos, en el s. XIX. Las primeras normas puramente “laborales” surgen a principios del s. XX; posteriormente, se produce la constitucionalización de derechos laborales clave (libertad sindical, huelga) -de manera progresiva y titubeante en no pocos países: en España se inicia en 1931 y, tras el paréntesis de la dictadura, se retoma en 1978.

Pero su evolución no acaba ahí: nuevos fenómenos ligados a la evolución de la actividad económica, social y hasta política, desde la masiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo, la deslocalización de sectores productivos a otros países o el desarrollo de modernos sistemas de protección social, hasta la internacionalización de la actividad económica y la globalización, que conlleva el desplazamiento de trabajadores a escala mundial, o la robotización, la revolución digital y la industria 4.0, así como fenómenos recientes tales como el teletrabajo y la economía colaborativa, hacen de esta disciplina una actividad viva, sujeta a constante cambio.

Piénsese, por ejemplo, en la polémica en torno a si los “riders” que reparten todo tipo de productos a domicilio son o no trabajadores por cuenta ajena.

El carácter actual y siempre cambiante de la actividad profesional de los abogados laboralistas lo demuestra, sin duda, la reciente crisis desatada por Covid-19: no sólo en nuestro país han sido múltiples la normas laborales de urgencia dictadas por los gobiernos para hacer frente al impacto en el mercado de trabajo de dicha pandemia, lo que a su vez ha requerido disponer de personas expertas en materia laboral capaces de aplicar tales normas.

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Surgen, pues, nuevos desafíos que requerirán de profesionales formados en la materia, que sirvan, con su soporte técnico-jurídico experto y su vocación social,  para que todos -empresas, trabajadores, administraciones públicas- puedan dirimir sus diferencias por cauces pacíficos, basados en la negociación, la concertación y el diálogo social.

¿Cuáles son los estudios necesarios para convertirse en abogado laboralista?

Una base jurídica general resulta imprescindible, pero no es suficiente, ya que se precisan conocimientos en materias muy diversas. Aunque no es requisito imprescindible para acudir a un Juzgado de lo Social, lo habitual es que la asistencia técnica la provea una persona graduada en derecho y especializada en la materia.

Una idea de la extensión de normas propias del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social con las que conviene estar familiarizado lo da el contenido de las leyes recopiladas en el denominado “código de legislación social” del BOE.

Algunas de ellas son más “clásicas” (desde las más conocidas a nivel popular, tales como el Estatuto de los Trabajadores o la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, hasta otras que lo son menos, caso de la  legislación reguladora de infracciones y sanciones en el orden social, o de la jurisdicción social) y otras más recientes (la aplicación al ámbito laboral de la normativa en materia de protección de datos, o la próxima trasposición de directivas europeas en materia de “compliance” y denuncia interna por parte de los trabajadores –los conocidos como “whistle blowers”, son dos buenos ejemplos).

Por ello, es altamente recomendable que quien quiera internarse en esa apasionante actividad complete sus estudios básicos de Derecho con formación especializada en la materia, por ejemplo a través del Máster de Acceso a la Abogacía 

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Director del Grado en Administración Empresas en Instituto de Ciencias Empresariales IMF Socio & Chief Strategy Officer (CSO) de Osenseis Lean, S.L.

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