Existe una forma muy sencilla de verificar la intensidad energética del petróleo. Cualquier persona que empuje un coche durante 100 kilómetros experimentará la capacidad energética concentrada en algunos litros de tan preciado recurso. Solo una energía
Desplazar 100 kilómetros de cualquier automóvil moderno cuesta entre 5 y 6 euros (a 1,4 euros el litro). Se necesitarían decenas de horas para empujar un coche cien kilómetros. No existe ningún obrero en el mundo que empuje un coche durante decenas de horas por 5 o 6 euros. Nadie ni nada en el mundo trabaja tanto por tan poco dinero. La disponibilidad de una energía intensamente concentrada y barata es lo que ha generado la revolución del petróleo.
En el año 1800, en Estados Unidos, y en el resto del mundo, gran parte de la población se dedicaba a la agricultura. Los campesinos eran la población económicamente activa predominante en cualquier sociedad humana. Las ciudades dependían de los productos agrícolas y ganaderos de los granjeros. Los granjeros intercambian algunos productos manufacturados de las fábricas de carbón que existían en algunas ciudades americanas y europeas.
Durante muchos siglos, las sociedades humanas habían utilizado el agua, el viento, la madera, los excrementos animales y el carbón para disponer de energía. Sin embargo, jamás en la historia de la humanidad se dispuso de una energía tan versátil, tan concentrada y tan barata como el petróleo. Hasta ese momento, todas las energías anteriormente empleadas eran sencillamente insignificantes.
El petróleo ha incentivado un endiablado proceso de mecanización de las actividades humanas. La mecanización de la agricultura ha permitido incrementar la producción por habitante de alimentos. La mecanización del transporte permite que en Japón disfruten manzanas de California y en Australia saboreen un salmón de Chile.
900 millones de automóviles de todo tipo y modelo trasladan a millones de seres humanos de un lugar a otro en tiempos antes impensables. Las distancias son cada vez más cortas y en unas horas cualquier europeo disfruta de los paisajes exóticos de otros lares. El turismo masivo es resultado de la revolución del petróleo.
La revolución del petróleo ha transformado nuestra percepción del tiempo y del espacio. Sin un sustituto del petróleo, a corto plazo, muchas sociedades humanas deberán reencontrarse y acostumbrarse a una antigua percepción de tiempo y del espacio, hace mucho tiempo ya olvidada.
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