Lo esencial de las cosas

esencial2Quiero contaros una historia que he leído en versiones distintas, en contextos diferentes y de distinta manera. Una de estas versiones la ha tratado Catherine Rambert, en “Pequeña filosofía matinal”:
En un seminario en Estados Unidos, en la famosa Universidad de Harvard, contrataron a un anciano profesor de filosofía para que diera una conferencia ante los más altos dignatarios del planeta.
El tema era el tiempo.
Estos hombres y mujeres, responsables del destino del mundo, estaban muy ocupados y el profesor sólo disponía de una hora para dispensar sus enseñanzas. Su actitud tranquila contrastaba con el estrés de su auditorio.
Sin pronunciar palabra, se inclinó y tomó un gran tarro de cristal transparente que había debajo de la mesa y lo colocó con precaución delante de él. Sus gestos eran lentos y tranquilos. Luego sacó, también de debajo de la mesa, una docena de piedras del tamaño de una naranja y las metió una tras otra en el frasco. Cuando lo llenó y fue imposible añadir una sola piedra, alzó suavemente los ojos hacia el auditorio y preguntó:
-¿El tarro está lleno?

Todos contestaron: que sí

Disfrutó de su efecto y continuó:
– ¿Eso creéis?

Se inclinó de nuevo y tomó de debajo del pupitre un saco de guijarros. Lentamente, los echó encima de las piedras. Luego sacudió ligeramente el recipiente. La gravilla se filtró entre las piedras… hasta el fondo.

El profesor miró a su auditorio y preguntó:
– ¿Ahora está lleno?

El público, perplejo, dudaba qué contestar cuando alguien exclamó:
– ¡Probablemente no!
– Bien – opinó el sabio.

Con infinitas precauciones, sacó de debajo de la mesa un cubo de arena y vertió su contenido sobre las piedras. La arena se filtró entre las piedras y la gravilla.

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Preguntó de nuevo:
– ¿El tarro está lleno?
– ¡No! – exclamaron los espectadores.

Y como todos esperaban, sacó una jarra de agua y llenó con ella completamente el recipiente.
– Bueno, me parece que ahora sí está lleno.
Y el público le dio la razón.

– ¿Qué gran verdad nos enseña este experimento? – preguntó el sabio a su auditorio.

Pensando en el tema del curso, la gestión del tiempo, uno de los dirigentes se atrevió a contestar:
– Nos ha querido demostrar que el tiempo se puede comprimir y que, aunque la agenda esté sobrecargada, es posible añadir más citas.

El maestro sonrió.
– No. La gran verdad que nos enseña este experimento es que si no hubiera empezado por las piedras más grandes, no habría podido meter todo. Tenéis que plantearos una pregunta. ¿Cuáles son las piedras más grandes de vuestra vida? ¿Cuáles son vuestras prioridades absolutas? Es decir, ¿qué es lo esencial de vuestra existencia? ¿La familia? ¿La salud? ¿Los amigos? ¿Hacer realidad un sueño? ¿Defender una causa? ¿Aprender? ¿Perder el tiempo? ¿Ser felices?

La lección que aprendemos de este experimento es que siempre hay que dar prioridad a lo ESENCIAL y meterlo en la cesta primero, porque, si no, podemos perdernos algo importante de nuestra existencia.

Si damos prioridad a las menudencias (la grava, la arena), nuestra vida no irá a lo ESENCIAL.

Cuídense y sean felices.

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14 Respuestas

  • Bueno, conocia la historia en otra versión y me ha sorprendido, muy gratamente la verdad, verlo en vuestro Blog.
    Muy bien Belen.

  • Hola!!!

    Yo no conocia la historia y me ha encantado.

    Nos hace darnos cuenta de que la mayor parte de nuestro tiempo lo dedicamos a cosas insignificantes y que no merecen la pena realmente y descuidamos las mas importantes.

    Gracias por este gran mensaje.

  • Yo conocía esta historia en distintas versiones, y las enseñanzas que se extraen de ella son aplicables tanto en nuestra vida profesional como en nuestra vida personal.

    Pero ¿somos capaces de aplicar estas enseñanzas en nuestra vida?

    Pensemos en ello: ¿a qué nos dedicamos en el trabajo? ¿a lo importante o a lo urgente? ¿lo urgente siempre es importante, o quizás es importante dependiendo de quien lo pida? ¿somos capaces de gestionar nuestra agenda, o son otros quien gestionan nuestra agenda?

    Belén, gracias por recordarnos esta historia.

  • Yo tampoco conocia esta historia. Pero si que alguna vez me han aconsejado que tengo que dar prioridad a lo importante, a lo esencial. Cada uno de nosotros sabemos lo que consideramos esencial en nuestra vida.
    Una gran historia y una gran verdad.

  • Personalmente me ha gustado mucho.
    Te hace ver que efectivamente tienes que dar valor a las cosas importantes y no tanto a cosas efímeras.
    Hoy además personalmente me ha venido muy bien leerlo y aplicarme esta filosofía.

  • No conocía esta historia pero si otras similares y quería comentar lo agradable que es que una de ellas llegue a tus manos, te envuelva y te haga reaccionar. Historias que en un momento dado te ayudan a reflexionar para una mejora personal, te ayudan a ver la vida de otra manera y en muchos momentos te ayudan a seguir adelante.

    Gracias por compartirlo con todos.

  • yo no conocia esta historia, pero a mí me da mucho que pensar. Un ratito de este tiempo deberíamos utilizarlo en meditar al respecto para descubrir cuales son nuestras prioridades.

  • Gracias por compartir esta bonita historia con todos nosotros, no la conocía y me ha gustado mucho, además creo que viene muy bien que nos recordemos a nosotros mismos lo que realmente es importante en nuestra vida.

  • La historia está muy bien, pero en la realidad cuando realmente te das cuenta de lo importante en tu vida es cuando a lo mejor ya no tiene remedio, así que hay que coger siempre las piedras más grandes y dejarse de agobios por las arenillas insignificantes.

  • Yo si conocía esta historia aunque a menudo no la ponga en práctica.
    Te agradezco que me la recuerdes por que es una realidad, por favor no dejes de compartir este tipo de mensaje por que son de agradecer por tanto gracias Belen.

  • Agradezco la historia como muchos de los compañeros. Creo que todos sabemos esta teoría, pero nos falta tiempo para pensar en ella e interiorizar el mensaje, hacerlo nuestro y actuar en consecuencia.

    Cuantas veces nos desesperamos creyendo que nuestros problemas son irresolubles, de pronto se nos hacerca alguien con perspectiva y nos da la solución más simple que podríamos imaginar y nos damos cuenta de que estaba a nuestro alcance y no eramos capaces de verla.

    Un cordial saludo a los blogeros.

  • Puestos a reflexionar os paso un mensjae que he recibido y que he hecho mío por todo lo que me identifico con él.

    LA PIEDRA Y EL 2010

    El distraído tropezó con ella,

    El violento la utilizó como proyectil,

    El emprendedor, construyó con ella,

    El campesino, cansado, la utilizó de asiento,

    Drummond la poetizó,

    El masón la utilizó para construir un Templo

    David, la utilizó para derrotar a Goliat,

    Y Michelangelo le sacó la más bella de las esculturas.

    En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre………

    El año que viene es el mismo para todos, depende de nosotros lo que hagamos con él.

    Salud y Prosperidad; hagamos un muy buen 2010 !!!

  • Esta lección nos enseña también que que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las grandes piedras de tu vida? Tu familia, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona que aprecias, tu tiempo…

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