¿Qué es el coaching?

De un tiempo a esta parte y especialmente en la última década, venimos observando la implantación de una nueva tendencia en la vida corporativa: el coaching (término procedente del inglés to coach, esto es, “entrenar”). Buscando una definición lo más sencilla y comprensible posible, el coaching es un método de entrenamiento y desarrollo personal y profesional en el ámbito laboral, con el objetivo de ayudar a las personas a alcanzar sus metas y lograr un mayor rendimiento en su trabajo, en resumen, entrenar a un trabajador o un grupo de ellos con el objetivo de que adquieran ciertas habilidades que les permitan lograr unos objetivos marcados.

Lo hemos escuchado numerosas veces, incluso sabemos que ya existen profesionales y empresas dedicadas a él específicamente, pero es probable que más de uno nos preguntemos en qué contextos se emplea, cuáles son fundamentos y qué objetivos persigue.

Para ello, el coach se encargará de fomentar la motivación y satisfacción personal de los trabajadores (cualquiera que sea la posición que ocupen en el organigrama de la empresa), de modo que las técnicas por ellos adquiridas se transfieran al conjunto de la organización. El coach es un profesional que guía al individuo o al equipo en este proceso de formación y crecimiento personal, fomentando la motivación y la satisfacción laboral.

Ésta es la clave del coaching: que cada individuo aprenda, tras someterse a un plan de entrenamiento elaborado, a instruirse a sí mismo y al personal de su empresa a largo plazo. Aporta una metodología que ayuda al conjunto de la empresa a lograr sus objetivos por sí misma, sin tener que contar con la colaboración permanente del coach. Se trata de que el coach ayude a cada individuo a encontrar sus propias soluciones en la empresa.

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El coaching constituye, por tanto, una estrategia empresarial donde la eficacia de los resultados y la motivación personal de los trabajadores se implican a partes iguales. Se incide especialmente en puntos como la capacidad de comunicación, la resistencia frente a la presión y el estrés, la aptitud para trabajar en equipo, etc. Como se persigue que cada individuo dé lo mejor de sí mismo a través de la formación y la comunicación, se trabaja especialmente en el desarrollo personal, analizando qué frenos existen para la motivación, buscando soluciones siempre adaptadas a la empresa que las genera.

Señala M. Oldsmith, uno de los mayores expertos en coaching de la actualidad, en su obra La última palabra en desarrollo de liderazgo algunos de los beneficios que el coaching estratégico para empresas ha generado en diferentes contextos: retención de personal de alto impacto, desarrollo de futuros líderes, una óptima administración de los procesos de cambio… e incluso una mayor lealtad a la empresa por parte de los clientes.

No obstante, como sucede con gran parte de este tipo de tendencias, los resultados de su aplicación son variables y no siempre contentan a todos. En el caso que nos ocupa, las principales críticas que se le hacen al coaching apuntan hacia unos resultados comprobables sólo a medio plazo, pues consideran que potencia el liderazgo en el individuo de forma quizás algo exagerada y muy competitiva. Por otra parte, la carencia de una regulación oficial acerca del tema hace que sea un sector con altos índices de intrusismo (a pesar de requerir una formación y acreditación específicas).

Lo cierto es que el coaching no emplea una metodología claramente definida, por lo que se hace imprescindible que para su consolidación en el mercado se defina conjuntamente por parte de todos los profesionales que lo ejercen, evitando una oferta tan heterogénea y, en ocasiones, poco profesional. En nuestro país ya existen dos asociaciones principales, ICF (International Coach Federation) y AECOP (Asociación Española de Coaching y Consultoría de Procesos).

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Tipos de coaching

Existen diferentes tipos de coaching, que se pueden clasificar de acuerdo a diferentes criterios. Algunos de ellos son:

  • Según el ámbito de aplicación:
    • Coaching empresarial: enfocado en el ámbito laboral y dirigido a mejorar el rendimiento y desarrollo de individuos y equipos en la empresa.
    • Coaching personal: dirigido a mejorar aspectos de la vida personal y no necesariamente vinculado al trabajo.
    • Coaching educativo: enfocado en el ámbito académico y dirigido a mejorar el rendimiento y el desarrollo de estudiantes y profesionales de la educación.
    • Coaching deportivo: enfocado en el ámbito del deporte y dirigido a mejorar el rendimiento y el desarrollo de deportistas.
  • Según el enfoque:
    • Coaching cognitivo-conductual: enfocado en cambiar la forma de pensar y actuar de la persona para lograr sus metas.
    • Coaching centrado en soluciones: enfocado en ayudar a la persona a encontrar soluciones a sus problemas y obstáculos.
    • Coaching humanista: enfocado en el desarrollo personal y la autoestima de la persona.
    • Coaching transformacional: enfocado en provocar un cambio profundo en la persona y en su forma de pensar y actuar.
  • Según el tipo de sesión:
    • Coaching individual: dirigido a una sola persona.
    • Coaching grupal: dirigido a un grupo de personas.
    • Coaching en línea: realizado a través de videollamadas o plataformas online.
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Equipo IMF Business School

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