¿Cuántas veces nos hemos preguntado si estamos dando más de lo necesario?
Etimológicamente provienen de la misma raíz “al servicio de” con la diferencia de la diligencia y prontitud del primero, a la servidumbre del segundo, incluso utilizado el termino servil en actitudes de baja estima y sumisión.
La acción Servicial es aquella que realizamos con gran efectividad y cuidado, nos corresponda o no la tarea, por un bien voluntarioso (no obligado) y de manera solícita para la complacencia de alguien o algo (proyecto) en la cual ponemos nuestras mejores intenciones.
Si hablamos de Servil será en función de los intereses que nos pueden llevar a ejecutar una actividad donde el concepto deseado obtendrá un beneficio desde el acatamiento de preceptos no acordes en su totalidad con nuestros valores.
Si sentimos que algo que hacemos o “nos toca” hacer no se corresponde con nuestras responsabilidades, ni nace de un autoconvencimiento de aportación de valor añadido, sino de una necesidad de cubrir exigencias externas, aunque pensemos “tengo que hacerlo por mi bien”, estamos incurriendo en una auto agresión.
El ser servicial en esta época donde se cultiva con tanto esmero el “espíritu de servicio” es con frecuencia un filo que nos puede hacer caer en el servilismo sin darnos cuenta. Si dudamos ante un cometido o situación es posible que el simple interrogante nos esté hablando ya de la frontera entre la auténtica voluntad y la necesidad.
No se es servicial por obligación nunca. El concepto de motu propio es suficiente para entender la diferencia. Creo en ello.
El servilismo no responde a sentimientos de sana entrega, sino de objetivos transgresores a nuestra esencia donde la idea de estar andando desde posibles humillaciones, hasta simples excesos de atribuciones, van de la mano de segundas intenciones, poca transparencia e incoherencias emocionales.
Si puedes contestar a la pregunta ¿si pudiera evitarlo lo haría? Si la respuesta es sí, estas siendo servil.
Es frecuente vernos avocados al condicionamiento social, donde quizás una actitud servicial por nuestra parte sea prejuzgada como servil. Se da mucho en los entornos laborales cuando hacemos más de lo que deberíamos desde la proactividad. Cuando algún compañero nos haga dudar, sólo escucha tu corazón y piensa que muchas personas desde la ley del mínimo esfuerzo tratarán de frenarte para que no conste su falta de motivación, puede ser consciente o inconsciente pero no dudes de tu criterio siempre que te sientas bien con lo que haces, y desde el convencimiento de que tus actos van respaldados por la sinceridad y honestidad de tus objetivos.
Todos hemos sido serviles en algún momento, no es pecado mortal, sólo reconduce tus metas y tus prioridades.
Formación Relacionada


Latest posts by Mónica Fernández (see all)
- TOP destinos para invertir en el extranjero - 19/05/2016
- ¿Cómo invertir en Commodities? - 13/04/2016
- Divisa: ¿oportunidad o amenaza? - 05/04/2016