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La energía y el principio de Pareto

paretoEn el siglo XXI, el grado de consumo energético entre los diferentes países del mundo presenta un preocupante desequilibrio. Desde el punto de vista energético, a escala global, se aprecia la confirmación práctica del principio de Pareto: “Pocos con mucho y muchos con poco”.

El principio de Pareto se refleja en el consumo energético a escala regional e incluso a escala local. De la figura adjunta se pueden extraer interesantes conclusiones sobre las diferencias en el consumo energético en diversas regiones del mundo:

África. El consumo energético promedio anual de un ciudadano en Sudáfrica es equivalente a 3.830 vatios mientras que en Eritrea apenas alcanza 180 vatios, una diferencia superior a 20 veces. El consumo energético promedio per cápita en el continente africano es equivalente a 800 vatios, 8 bombillas incandescentes encendidas todo el año.

• En el continente asiático, exceptuando China e India, una persona en Singapur consume el equivalente anual a 8.800 vatios mientras que en Bangladesh apenas alcanza los 280 vatios. Un ciudadano de Singapur consume 30 veces más energía al año que una persona en Bangladesh.

• En Latinoamérica y el Caribe, destaca Trinidad y Tobago como gran consumidor de energía per cápita con un equivalente a 21.500 vatios. Es un dato engañoso: las refinerías y la industria petroquímica del país exigen un elevado consumo de energía, que incrementa el consumo de energía primaria per cápita en el país caribeño. Mientras, un haitiano tiene un consumo energético anual equivalente a 400 vatios. Entre Trinidad y Tobago y Haití la relación en el consumo energético es superior a 50. Es el continente con la más abismal y vergonzosa desigualdad en consumo energético.

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• En la Europa de los 15, el consumo energético promedio per cápita es equivalente a 5.000 vatios, mientras que en Portugal es de 3.000 vatios. En Luxemburgo, un pequeño país en el corazón de Europa, cada ciudadano presenta un consumo energético anual equivalente a 11.400 vatios, más de 4 veces el consumo de Portugal. En Luxemburgo, la existencia de una importante industria siderúrgica y petroquímica condiciona el consumo energético.

La desigualdad en la distribución del consumo energético en el mundo se refleja también en los diferentes continentes y regiones del planeta. Existe un importante desequilibrio entre pocos países con elevados consumos energéticos y muchos países con escasez energética. El principio de Pareto se manifiesta infalible en el reparto de la energía y de la riqueza.

Dr. Alberto Ríos Villacorta
www.albertorios.eu

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Alberto Ríos es Ingeniero Eléctrico especializado en Sistemas y Redes Eléctricas por el Instituto Politécnico de Bielorrusia, Máster en Energías Renovables por la Universidad Europea de Madrid, Doctor Ingeniero Industrial por la Universidad Carlos III, actualmente trabaja como Profesor Adjunto en la Universidad Europea de Madrid. Alberto Ríos colabora habitualmente con IMF Business School como autor de material didáctico y revisor técnico en las áreas de Energías Renovables y Eficiencia Energética.

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La energía y el principio de Pareto

El principio de Pareto afirma: “Pocos con mucho y muchos con poco”. Esto describe a la perfección las desigualdades en el consumo energético mundial.