Uno de los sectores que tras la crisis sanitaria y económica provocada por la covid-19 ha recibido un gran incremento de ventas son las bicicletas en general, y de forma específica las bicicletas urbanas (de ciudad) y de bajo coste.
Pero el éxito actual no es más que la consolidación de una tendencia ya ascendente antes de la crisis, pero que con ésta encontró su factor desencadenante. De hecho, cuando desde el Instituto Ciencias Empresariales (ICE) de IMF diseñamos el Máster Universitario en Dirección Comercial y Marketing siempre buscamos casos de éxito para analizar un determinado potencial de mercado, y siempre partidos que se den las circunstancias en el entorno que favorezcan una determinada acción de compra; que la legislación sea favorable, que haya valores culturales que lo legitimen y aporten un posicionamiento de deseabilidad, y una vez que se han creado las condiciones objetivas para el crecimiento de una demanda potencial, siempre surge una oferta para satisfacerla, aunque a veces el éxito adquiere tal virulencia en un determinado momento que puede producir una rotura de stocks, o un escenario de exceso de oferta, pero el flujo natural del mercado volverá a encontrar su punto de equilibrio.
Movilidad sostenible: Factores de entorno en un mercado ya ascendente
Tras la crisis económica de 2008, como reacción al establishment llegaron a muchos ayuntamientos españoles nuevas fuerzas de izquierda que, entre otras cosas, priorizaban en su agenda los temas relacionados con el cambio climático e impulsaron desde entonces medidas para cambiar los hábitos de movilidad en las grandes urbes metropolitanas para hacerlos más saludables; esto se tradujo en la aparición de “carriles bici”, limitaciones al coche privado para circular en los centros de las ciudades, aumento de la peatonalización de las calles y el impulso de concesiones para la instalación de empresas de uso compartido de bicis.
Este entorno favorable al uso urbano de las bicicletas favorecido por muchos de los responsables municipales, propició que en el período 2018-2019 las ventas de bicicletas crecieran un 20,41% hasta llegar a las 1.261.283 unidades vendidas en España -220.000 unidades más que el año anterior-, según datos de la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (AMBE).
El sector del ciclismo facturó en el último ejercicio 1.871 millones de euros, un 9,27% más que el año anterior; a la vez que el precio medio de las bicicletas se redujo un 0,4%, y un ejemplo que la demanda estaba en un ciclo ascendente es que siguió creando empleo (un 2,08% más) y aumentando el número de empresas.
Un mercado maduro pero renovado y con cifras expansivas
Por tipos de bicis, durante el ejercicio 2019 los dos principales subsegmentos fueron las destinadas a los niñoscon 477.683 unidades vendidas (37,8% del mercado, con un incremento en relación al año anterior de +45,3% y una media de precio de 147 euros) y las bicis de montaña con 475.663 unidades vendidas (37,7% de cuota de mercado, un incremento de +16,3% y con un precio promedio de 699 euros); a mucha distancia en tercer lugar se vendieron las bicicletas eléctricas que experimentaron un fuerte crecimiento en relación a las ventas del año 2018 (+28,4%), llegando a comercializar 142.766 unidades a un precio promedio de 2.403 euros y representando el 11,3% del mercado.
En cuarta posición se situaron las bicicletas urbanas de ciudad con 92.874 unidades vendidas a un precio medio de 298 euros (7,4% de cuota de mercado pero en relación al año 2018 este subsegmento registró un decremento del -24,2%), y finalmente, siguieron de cerca las bicis de carretera con 72.297 unidades vendidas (5,7% de cuota, también con un pequeño descenso del -4,8% en relación al año anterior, y un precio medio de venta de 1.773 euros).
Es decir, el año 2019 la venta de bicicletas para uso urbano, ya sean en su versión clásica o eléctrica, concentraron 235.640 unidades vendidas en toda España, lo que representaba el 18,7% de este mercado; es cierto que se reducía la venta de bicicletas urbanas de ciudad pero esta demanda se sustituía por la bici eléctrica (más cómoda).
La Covid como factor acelerador
La demanda de bicicletas en casi todas sus modalidades estaba ya en una curva ascendente durante el año 2019 y las previsiones de AMBE para 2020 eran buenas, porqué “detectaban un impulso sectorial en ayudas por parte las Administraciones, y a la vez, que se percibía como un modo de traslado nada contaminante, estaban aumentando los hábitos saludables y la ampliación de espacios y carriles para la bicicleta”.
Luego con la pandemia se han acelerado las dinámicas ya existentes y se ha reforzado el cambio a favor de una movilidad que reduzca el riesgo de contagio de los transportes públicos (en un post anterior de esta misma sección ya hablamos sobre el incremento de la demanda de productos y servicios que refuercen la percepción de seguridad integral, y en este caso seguridad de tipo sanitaria).
Ciudades como Londres, París, Bogotá, Barcelona, Granada o Milán han incrementado el número de kilómetros para la bici y han ampliado el número de calles pacificadas para impulsar aún más el uso de la bicicleta, tanto privadas como de uso compartido: por ejemplo en Madrid, el servicio público de bicicletas, Bicimad, el mes de junio ha registrado un incremento del +13,01% más que el año anterior y la cifra más alta de usuarios desde que existe el servicio.
Acto de compra y rotura de stock
Los factores de entorno ya eran favorables al crecimiento del uso de la bicicleta, y tras las semanas de confinamiento estricto, la nueva movilidad en muchas grandes conurbaciones trajo aparejada un incremento de ventas que superaba todas las previsiones.
En el caso de España el sector (AMBE) calcula un incremento de ventas de bicis alrededor del 30%, y en muchas tiendas se han quedado sin stock. Y un dato relevante, el gran incremento se produce en bicis con un precio entre los 500 y los 1.000 euros para bicicletas urbanas, aunque la franja más solicitada sigue siendo la se sitúa entre los 300 y los 400 euros por unidad.
La bicicleta se asocia a aire libre, deporte, movilidad sostenible, económica y con distanciamiento social, todo lo que ahora suponen respuestas directas a los efectos de la covid-19 y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales.
Y un último dato a tener en cuenta, las ventas de este producto en un 80% se producen en tiendas especializadas, pero con un leve crecimiento a favor de las grandes superficies y cadenas multideporte, que en el último ejercicio han mejorado su cuota de mercado en un +0,79%.
Efecto global de las bicicletas urbanas y baratas
Esta tendencia que se observa en España también se ha producido también en Italia, Francia, Reino Unido o Alemania (en este último país con un incremento del 34%), para citar sólo algunos casos.
Pero no sólo se ha traducido en el incremento de la compra de bicis por parte de particulares, o del uso del servicio público de bicicletas, sino que también se han “redescubierto” viejas bicicletas en desuso, lo que ha implicado trabajos de “puesta a punto”, necesidad de adquirir recambios y con ello estimular crecimientos de hasta el 40% en relación al mercado del reciclaje. Datos de incremento de demanda que nos facilitan las tiendas físicas, pero también un incremento de un 7% en búsquedas en Google España.
Un ejemplo de oportunidad por la combinación de cambio climático, movilidad sostenible y demanda de seguridad sanitaria
El objetivo de esta sección es contar casos de “empresas con resiliencia”, empresas y sectores que pese al entorno negativo que se ha creado con la pandemia, saben leer los nuevos signos de los tiempos y ofrecen productos y servicios que cubren las nuevas necesidades insatisfechas.
El caso de las bicicletas urbanas de bajo precio es un buen ejemplo de sector que combina una necesidad de desplazamiento por la ciudad, que no implica el uso de transportes públicos masificados, o caros como el coche privado, favorece el ejercicio físico –actividad siempre deseable-, y a la vez se ubica dentro de una corriente más de fondo en favor de un modelo de movilidad sostenible que muchos ayuntamientos de grandes ciudades desde hace unos años están favoreciendo, ya sea con la implantación de bicicletas de uso compartido con muchos puntos distribuidos por toda la ciudad, la construcción de carriles bici, medidas para limitar el uso del coche privado en los centros de las ciudades, e incluso ayudas económicas directas para la adquisición de bicicletas.
La tarea del marketing es localizar estos entornos favorables para la expansión de un mercado, y luego, una buena estrategia comercial para copar las mejores posiciones en la política de distribución del producto o servicio.
Tendencia, Moda o Hábito: de factor coyuntural a estructural
El objetivo de la estrategia de marketing de las empresas del sector es aprovechar una tendencia a favor de la vida sana y la menor contaminación en nuestras ciudades, y convertir lo que puede ser una moda o una reacción coyuntural ante el miedo al contagio en los transportes públicos, a una hábito social permanente en el tiempo, apoyado por un cambio generacional y un cambio de valores impulsado también por algunas administracionessensibles a los efectos negativos del cambio climático.
La estrategia de marketing y de forma especial en el Máster Universitario en Dirección Comercial y Marketing del Instituto Ciencias Empresariales (ICE) de IMF, se presta especial atención a facilitar los recursos, textos claves, textos de referencia, vídeos, casos prácticos, trabajos de materia y foros para ayudar a pensar y repensar las estrategias de marketing en sectores emergentes pero también maduros; una relectura atenta de los datos y los indicadores que nos facilita el mercado, es el punto de partida para encontrar oportunidades de negocio.