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¿Compite la cerveza con el vino?

 

Compite la cerveza con el vino?

 

Una de las causas que se acostumbra a esgrimir para explicar el bajo consumo de vino en España es la competencia de la cerveza. Ya no se trata de una bebida ligera, fresca, quita sed, de consumo casi estacional como antaño, sino de una opción multiuso  que desborda la barra de bar para ocupar un puesto en la mesa de casa o del restaurante. Un fenómeno de tal magnitud no puede explicarse con razones simples como el precio y la crisis económica o el cambio climático.

Hay fenómenos sociológicos de mayor calado que conviene conocer y analizar si queremos que el vino, aceptada la competencia de la cerveza, podamos plantear estrategias de sana confrontación con garantías de éxito.

Veamos, en primer lugar, los datos de la cerveza:[1]

Bebemos una media de 46,3 litros por cabeza. Si contamos los turistas, la cifra se eleva a los 77 litros.

España elabora 33,6 millones de hectolitros de cerveza, lo que la convierte en el cuarto productor dentro de la Unión Europea y décimo a nivel mundial, por detrás de Alemania, Reino Unido y Polonia

– El 90% de cerveza que consumimos se produce en España.

– El 75% se consume en establecimientos de hostelería; un 82% con algo de comida (jamón, ensalada, aceitunas, queso)

– La consumen tanto hombres como mujeres, en familia como con amigos, durante toda la semana, más durante el día que por la noche.

– Según un estudio de Madison Market Research, el 80% de los españoles elige este bebida, como primera (50%) y segunda opción (27%).

– La cerveza supone una cuarta parte de la facturación de bares y restaurantes, y el 40% en los locales de menos de 10 empleados.

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– La venta por tipo de envase es de 42% para el vidrio, 30% para la lata y 28% para el barril.

-Es de las bebidas frías la que atrae a un mayor número de consumidores.

De estos datos pueden extraerse algunas conclusiones: la cerveza no es una bebida ocasional, aunque siga teniendo un fuerte componente estacional; se consume a lo largo de toda la semana, lo mismo hombres que  mujeres, jóvenes que personas maduras cada vez más es la bebida que acompaña nuestra comida diaria o informal. Si a todo esto le añadimos un precio bastante igualado, en torno a los 3 € litro de cerveza, es evidente que no resultará fácil competir.

Veamos ahora los datos de vino:[2]

– Las últimas cosechas han convertido a España en el primer elaborador mundial de vino, con unos 42 millones de hectólitros.

– De esa ingente cantidad apenas consumimos unos 15 millones de hectólitros, prácticamente todo de producción nacional.

– Hemos pasado de un consumo per cápita de 70 litros en la década de los setenta, a los aproximadamente 10 litros actuales.

– El perfil del consumidor de vino ha cambiado significativamente en los últimos años: actualmente es un consumidor esporádico, que busca y valora la calidad pero a un precio lo más ajustado posible, y tiene interés en saber más sobre el vino.

– El tipo de consumidor mas habitual de vino de calidad se concentra entre los mayores de 45 años, con poder adquisitivo, principalmente hombres.

– Más de la mitad de los jóvenes se decanta por un consumo esporádico de vino, el 27% son consumidores habituales y un 20% no lo consume.

 

El gráfico siguiente, pese a referirse al periodo de 1961 a 1995 no puede ser más clarificador, ya que la tendencia no ha hecho sino acusar la diferencia que hoy es de 46,3 litros la cerveza, por 1o litros  el vino:

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EVOLUCIÓN DEL CONSUMO DE CERVEZA Y VINO EN ESPAÑA

datos del consumo de la cerveza vs vino

Fuente: Revista Distribución y Consumo, nº 32

 

La triste realidad es que el vino en España ha pasado de ser la bebida alcohólica popular por antonomasia,  de consumo cotidiano, y la principal forma de celebrar, alegrarse, saciar la sed, reponer fuerzas, y gozar gastronómicamente, ocupando un primerísimo lugar, a convertirse en una bebida ocasional, circunscrita casi exclusivamente a las comidas, ocupando un cuarto puesto, tras la cerveza, los refrescos, y el agua envasada (¡¡¡)

La respuesta al desafío de la cerveza, sin renunciar al indudable placer de beberla, es ofrecer al consumidor joven un vino agradable y atractivo, tanto en la presentación  como en el contenido, donde prime el mensaje desenfadado, alegre, y ofrezca un aroma seductor a primera nariz, con la fruta como principal reclamo, aunque sin renunciar a la oferta de vinos con crianza en barrica de roble. Y que pueda competir también en precio sin renunciar a las posibilidades de taponado y envase, como la rosca o el Bag in box, tal como ocurre en países menos encorsetados en la tradición.

Hay que ser conscientes de que, sin ser alternativas excluyentes, la cerveza y el vino compiten por espacios que hasta ahora parecía que eran exclusivos de la cerveza. Y lo hacen con una política comercial y publicitaria agresiva e imaginativa. Es innegable que ha sabido transmitir la dimensión festiva, desenfadada, y  hedonista que nuestras bodegas, algo que hay que tener en cuenta, pese a las limitaciones legales. Por ejemplo, las promociones directas en bares, donde la cerveza parece imbatible.

No es fácil, porque mientras en el sector cervecero hay una gran concentración en unos pocos grupos (El grupo Mahou-San Miguel, Heineken España y el Grupo Damm ) lo que les permite una más efectiva utilización de las palancas comerciales, España tiene un enorme minifundio bodeguero, con mas de 4.500 bodegas, y unas 20.000 marcas de vino. Solo unos pocos tienen la capacidad de plantearse campañas agresivas para ganar consumidores jóvenes para el vino. A su favor, siempre podrán contar con la indudable superioridad organoléptica del mosto fermentado de la uva, la bebida de las bebidas, la única que aporta el valor añadido de una nuestra gran cultura. Y la capacidad de ofrecer un universo de tipos y tipicidades (terroir, zonas, varietales, elaboraciones, crianzas, etc.) que superan con creces al estandarizado mundo de las cervezas industriales.

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El desafío esta planteado, hay que saber afrontarlo sin complejos.

[1] Datos tomados de Cerveceros de España

[2] Datos tomados de la Oficina Internacional de la Viña y el Vino

 

Carlos Delgado, crítico en El País y tutor del MBA Especialidad Enología de IMF Business School

 

Carlos Delgado, Periodista, escritor, y crítico enogastronómico del diario “El País” y tutor del MBA Especialidad Enología de IMF Business School

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2 Respuestas

  • Como se puede apreciar en la gráfica de consumo, el vino y la cerveza tienen una evolución de consumo no directamente proporcional, no compiten de forma directa, son dos formas de entender o aplicar el concepto de bebida y placer.
    Personalmente creo que gran parte de esta diferencia es la propia cadena de disposición del producto.

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