Como bien sabemos, todas las inversiones (financieras o productivas) tienen como definición la recuperación de un desembolso puesto en ellas para su adquisición.
Desembolso entendido como precio de adquisición de los títulos o cantidad económica puesta para lanzar un negocio y que supone un esfuerzo por parte de los inversionistas que esperan tenga un retorno a lo largo de los años.
El precio de compra de una inversión
Por desgracia, en las inversiones el precio de compra siempre se conoce o, en caso de una inversión productiva, se va conociendo a medida que se entran en gastos para montar una empresa.
Pero conocer el retorno es casi un trabajo de fe o ciencia ficción. Los métodos estadísticos, estudios previos, conocimiento del mercado y sus movimientos, investigación de empresas similares, datos del mercado, reducen en parte este desconocimiento pero nunca seremos capaces de eliminarlo.
El riesgo, cuando la rentabilidad no es la única regla
Hay empresas encargadas de estudiar el riesgo para los inversores, pero, antes de contratarlas, pensad siempre que eliminar al 100% es imposible.
Eso sí, en parte lograremos hacerlos si tenemos una cantidad importante de dinero y la ponemos en manos de un buen fondo de inversión.
Estos prácticamente reducirán el riesgo a 0 debido a la diversificación de sus activos entre numerosos activos (renta fija y renta variable, de diferentes países, inversión en commodities, futuros, warrants,…).
Esto nos lleva a pensar que es obviamente más fácil la eliminación del riesgo en instrumentos financieros, aunque hacerlo motu proprio es complejo por el desconocimiento y por la necesidad de un alto volumen para invertir en todas las partes cuya combinación nos lleven a ese casi riesgo 0.
Cómo controlar el riesgo en las inversiones
Aun así, podemos dar una serie de pequeñas pautas para inversores con las que lidiar en el tema del control de riesgo.
Por ejemplo:
- Considerar que las inversiones tardarán un tiempo en dar sus frutos, es decir, en obtener rentabilidad. El tiempo es un factor clave en cuanto al riesgo y si te aseguran una rentabilidad rápida, conllevará mucho riesgo.
- Si es una inversión de renta fija (bono, obligación) el riesgo será menor, al igual que su rentabilidad. Si dan mucha rentabilidad, algo esconden.
- Si es una inversión de renta variable (acciones, futuros) el riesgo será mayor, pero también la rentabilidad. Tened en cuenta plazos de vencimiento (si los hay) y la forma en que abonan sus rentabilidades.
- Invertir teniendo en cuenta que el retorno no es inmediato, si no que requerirá un período más o menos importante de tiempo para que sea rentable.
- Recordar que la rentabilidad puede venir de dos vías: de rentabilidades fijadas de antemano sobre algún valor o activo subyacente o por plusvalía, es decir, que el precio de venta tras un período de tiempo sea mayor que el de compra.
- La bolsa es sólo uno de los lugares en los que adquirir este tipo de títulos.
- Recordar que estos títulos ofrecen porcentajes pequeños de beneficios y, por tanto, hacerse rico es complicado a menos que se invierta una abundante cantidad o se tenga muchísima suerte.
- En caso de invertir en bienes hay que informarse bien del sector y del mercado, así como de la evolución actual del mismo.
- Tener en cuenta el efecto de la inflación, no vaya a ser que al final lo que parecía una plusvalía sea una pérdida de poder adquisitivo.
- Sea el tipo de inversión que sea, no podemos simplemente poner el dinero y esperar. Tendremos que vigilar su evolución continuamente ya que se requiere una elevada proactividad.
- No olvidemos nunca que Hacienda espera hacernos tributar ante cualquier ganancia.
Dicho esto no trato de quitaros las ganas de invertir pero, sin duda, si hubiera una manera de eliminar el riesgo todos seríamos, en mayor o menor medida, ricos.
Manuel López Millán, tutor de las del Master de Finanzas y Administración de Empresas de IMF Business School
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