Llamamos deflación a los índices negativos del IPC, es decir bajada de precios por debajo de las estimaciones de crecimiento anual. No es lo mismo que la desinflación que es simplemente menor crecimiento del IPC.
Cuando los productos aumentan mucho provocando bajada de precios, es deflación también pero no tan negativa, como está ocurriendo con las nuevas tecnologías.
Son los empresarios en su afán de subir los precios buscando mayor ganancia los que influyen en la inflación, fenómeno económico contrario a la deflación, y son estos movimientos y estrategias de “descuentos” y bajadas de precios, por menores ventas las que producen el nivel de deflación.
El paradigma del sector inmobiliario en España nos muestra ejemplos clarísimos de estos desajustes y sus consecuencias. Primero inflaron los precios para ganar mucho más, porque se vendía “a cualquier precio”, cuando el equilibrio monetario del sistema salió a relucir, entonces se demostró que no había dinero para pagar esos precios, y dejaron de vender. Entonces para poder sacar a la venta el stock de casas, bajaron los precios de manera espectacular y la deflación fue motivo de shock financiero en el sistema español.
Pero debe ser una disminución prolongada en el tiempo de cómo mínimo dos trimestres y en todos los sectores a la vez.
¿Qué pasaría si “corremos cuesta abajo” y encima hacia atrás? …. El riesgo de caída es considerable!
Pues esos son los efectos de la deflación. Es una situación de difícil retorno y donde cuesta mucho superar crisis y estancamientos financieros, porque el bloque está en un embudo. Puesto que los tipos de interés nunca serán negativos, las deudas cada día serán más deudas, y salir de un bache es muy complicado.
Una medida cautelar que sujetaría la deflación en un punto controlable, sería que en ningún caso los salarios bajen, siendo el soporte de pequeña resistencia del trabajador frente a la imposibilidad de aumentar el consumo.
No podemos asumir siempre desde los salarios los ajustes económicos de cualquier política económica, siendo necesario un auténtico y real estudio con normativas y medidas concretas en la dirección de mantener precios y gasto en pequeños trozos de pastel, que nadie pueda aprovechar, pues la situación actual es tan delicada que la falta de un solo pedacito puede desequilibrar la balanza a estados irreconciliables.
Es momento de gasto controlado, pero algo de gasto. De pocas deudas y de ponerse al día poco a poco.
Y de mucho control de la delincuencia de guante blanco…..
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Ahora que estamos pasando por una inflación negativa es bueno que intentemos modificar los tipos de interés para ver si podemos recuperar algo el terreno perdido en comparación a 2013