¿Cuántas veces no se ha oído esta frase en boca de un inversor, Business Angel o Director de la sucursal financiera? Claro está para los que tengan la oportunidad de ser escuchados, que son más bien unos pocos de todas aquellas personas que por circunstancias de la vida toman la decisión del emprendimiento. Y que son muchas, por no llamarlo demasiadas, que dan el paso al auto-empleo.
La mayoría de las empresas, cerca del 48.8%, según el último estudio GEM (2013), cierran su negocio por falta de rentabilidad.. Otro dato significativo ha sido la falta de financiación, un 12.14% de los casos.
Puede resultar curioso que sea esto ocurra en la mayoría de los casos. Está claro que la economía española está en encefalograma plano, por no decir en descenso otra vez, pero esta es otra cuestión de macro-economía. Que es difícil obtener clientes a los que vender, que cuesta encontrar mercado por lo saturado que está. Pero, ¿por qué este dato puede parecer tan obvio?
Si dispusiéramos de todos los balances de las empresas que han cerrado, muy posiblemente veríamos que existen descompensaciones entre sus ingresos y sus deudas. Esas divergencias a menudo son motivadas por un sola cuestión, dirección no tiene la suficiente capacidad y/o conocimientos de gestión.
Está claro que sin un flujo de dinero no se puede hacer rentable a una empresa, pero si los pocos ingresos y/o financiación que se puedan generar no son gestionados debidamente, se entra en una descompensación de balance, las deudas acucian y los ingresos van a parar todos al mismo lado, a disminuir el pasivo exigible, o lo que es lo mismo, las deudas que se tienen con proveedores por compras, créditos bancarios, letras de cambio, tributaciones, etc.
Se debe calcular, y muy bien, en qué utilizaremos todos estos ingresos y/o financiación. Podrá resultar una obviedad, pero si analizáramos la mayoría de esas empresas que comentan que han tenido que cerrar por no ser rentables, muy posiblemente hayan existido decisiones erróneas a la hora de facilitar gastos o costes que posiblemente no influyeran directamente sobre el corazón del negocio, y que por tanto incurriera en una desviación en su flujo de caja, traspasando activo a pasivo, de efectivo a deuda.
Lo que pretendo transmitir es que si no sabemos gestionar debidamente los ingresos, financiación y toda la estructura de costes, podemos incurrir en estos problemas que son un cáncer para cualquier negocio, las deudas. Puede resultar que te parezca que hablo desde el otro lado, que todo esto es teoría, pero si la ponemos en práctica te aseguro que es posible. Mi empresa utiliza todas las teorías y sentido común necesarias para no incurrir en estas lacras. Y todo ha sido a base de formación. Te recomiendo el Máster de Emprendimiento para que te familiarices con todos estos términos que he intentado simplificar para un mayor entendimiento para aquellas personas que no tengan nociones de contabilidad, economía o empresariales. Es hora de empezar a conocerlas y ponerlas en práctica si deseas que tu negocio sea un éxito.
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