Desde el 2013 en España empezaron a surgir iniciativas que promueven el uso de papel moneda diferente al Euro.
Hace unos pocos días me topé de bruces con un Boniato y no me refiero a ese tubérculo comestible de color marrón, sino a un billete que podía ser usado de manera indistinta con el Euro en el Mercado Social de Madrid. No es que el diseño me pareciese atractivo, pero el proyecto es interesante y me alegró saber que empezaba a funcionar en Madrid y que, además, iba tomando fuerza con diferentes monedas por toda España.
Pero, ¿qué es eso de una moneda social?
Bajo esa denominación encontramos un medio de cambio generalmente aceptado por bienes y servicios en un recinto o entorno económico determinado, con el fin de fomentar su crecimiento y ofrecer beneficios económicos a sus participantes. Así existen entidades expendedoras de estos billetes (cuya relación con el Euro es siempre de paridad, esto es 1/1) que ofrecen a los interesados el cambiar Euros por las diferentes monedas, ya sea 1/1 o con un beneficio para su adquiriente al tipo 100/105 EUR/Txantxis (esto es, por cada 100 Euros se obtienen 105 Txantxis). Estas monedas podrán a su vez luego intercambiarse en los establecimientos o límites físicos determinados por bienes que, a su vez, ofrecen a sus clientes mejores precios que a aquellos que abonen los mismos en la moneda nacional. Lo que lleva a un doble descuento.
Esta moneda lleva, en definitiva, a una serie de características como son:
- Complementariedad con la moneda nacional.
- Control efectivo de la moneda por parte de la comunidad que la emite y usa.
- Nulos tipos de interés y escasa inflación propia (al estar asociada a la moneda de curso legal).
Así esta economía social se sostiene de manera solidaria con una moneda propia, nacida de la vecindad y del espíritu cooperativista que trata de reducir la desigualdad de la riqueza y la potenciación de determinados mercados. Principios claros de autogestión para recursos endógenos y evitar las políticas centralizadas de los bancos nacionales.
Historia
Si bien podría parecer algo nuevo era un proceso habitual hasta el surgimiento de los Bancos Centrales en los países, que trataron de organizar el sistema económico nacional en torno a una misma moneda. Pero desde este comienzo de siglo hemos visto cómo diversas entidades y organizaciones las han usado, sobre todo, por problemas financieros a gran escala.
Así tenemos el Wir de Suecia, nacido tras el crack de 1929 que a día de hoy sigue siendo referente y paradigma de este modelo de economía. A lo que le siguió el Wörgl de Austria (1932) o el famoso Wara de Alemania.
En España la Peseta y el Régimen eliminó este tipo de iniciativas que ahora vuelven a resurgir con renovado interés en los nuevos modelos de economía y a día de hoy se habla de hasta 70 monedas sociales esparcidas por todo el territorio nacional. Así podemos encontrar:
- El Boniato, el BIV o el Mora en la Comunidad de Madrid.
- El Ecosol, el Turuta, el Eco, el Vent, el Res o el Pallars en la Cataluña.
- El Txantxi, el Ogerleko, el San Marcial, el Bilbodiru o el Gita en el País Vasco.
- El Copín en Asturias.
- El Demos en las Isas Canarias.
- El Sol en Murcia.
- El Eco en Valencia.
- El Vecino en Valladolid.
- …
Y ojo, porque el sistema está en expansión y se espera que este 2015 la moneda vasco-francesa Eusko tenga incluso su primera tarjeta de pago. ¿Nueva economía competitiva real frente al Euro o moda social? El tiempo lo dirá.
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