¿Cuántos impuestos pagas cuando ganas la lotería?
En los próximos días se celebrará el tradicional sorteo de Navidad y la mayoría hemos jugado alguna participación o décimo a la lotería. Pero, ¿cuál sería la mejor inversión?
Empezaré diciendo un axioma clásico en economía: depende. Nuestra propia posición más o menos propensa al riesgo nos llevaría a destinar esos incrementos económicos a un determinado uso. Pero está claro que hay activos sobre los que sería más interesante invertir. Y es que en ello debería radicar el éxito de esta pedrea, ya que se ha estimado que más del 70% de las personas que reciben este tipo de grandes ingresos excepciones los pierden en pocos años y cerca de un tercio de ellos terminan en bancarrota.
¿Cómo es posible tras ver aumentado su patrimonio de una forma tan brutal? El hecho de no invertir con cabeza y pensar las cosas. Personalmente lo primero que yo haría sería apartar el dinero correspondiente a la Hacienda Pública. Para empezar debemos hablar del denominado impuesto de la solidaridad. Según el cual habrá que dar a Hacienda el 20% automáticamente de los ingresos para todos los premios superiores a 2.500 Euros. Hasta dicha cifra no se tributa, es decir, si obtuviésemos un premio de 10.000 Euros tributaríamos directamente un 20% sobre (10.000 – 2.500), es decir 1.500 Euros.
Estos premios de la lotería hay que tener en cuenta que no tributan en el IRPF. De esta manera deberemos tener cuenta al Estado cuando lo utilizado con dichas cantidades nos aporte algún tipo de rendimiento. Ahí metemos intereses o los aumentos patrimoniales que vendrían añadidos si somos tan agraciados como para poder comprar algún bien (vivienda, vehículo,…) tributable.
Dicho esto tenemos infinitas (o más) formas de invertir. Personalmente lo primero que haría sería cerrar deudas; si bien siempre hablamos de que el endeudamiento es bueno (para empresas y particulares), el hecho de volver a un momento de deuda 0 es más que beneficioso y supondría una nueva situación de equilibrio sobre la que empezar.
A partir de ello hay dos opciones claras:
– Que seamos adversos al riesgo: invertiríamos en aquellos bienes que sabemos su precio no variará o nos dará rentabilidades aseguradas aunque no excesivamente alta. Bonos (para los menos asumidores de riesgos), bienes inmuebles, depósitos, commodities, arte,…
– Que seamos propensos al riesgo: diversificar. Si bien lo suyo sería la creación de una cartera de mercado, el invertir en todos los productos es complicado. Por lo que aliarnos en un fondo de inversión sería el planteamiento más óptimo (y a la vez más seguro que nuestra propia intuición).
Por otro lado siempre tendremos que tener en cuenta nuestro futuro. La formación de un interesante plan de pensiones es un planteamiento adecuado y potente. De tal manera que podemos crear dos tres bolsas. Una para crear un fondo a largo plazo. Otra de inversión en bienes. Y la última de gasto (que es, obviamente, inevitable). La idea es no despilfarrar ese dinero y ser capaces de disfrutar de nuestra vida y ese dinero.
Como es lógico todo depende de nuestra cabeza. Mantenerla fría es, probablemente, la decisión más inteligente en estos casos. Y es que si quieres mandar a la mierda a tu jefe tienes que tener antes bien resguardadas las espaldas. Dicho esto: ¡¡MUCHA SUERTE!!
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