Ya es un hecho la recuperación económica aún cuando la velocidad es lenta y las precauciones extrema.
Diferentes entidades ya confirman datos reales donde el 80% de las PYMES esperan mejoras en su facturación a partir del 2015.
Más confianza generalizada en base a mejor ánimo y esperanzas de auténtica salida de las peores situaciones, ya verbalizadas por diversos directivos sobre todo del área de telecomunicaciones y de las inmobiliarias.
Las nuevas tecnologías se posicionan como pilar de refuerzo para la aceleración de resolución y nueva generación, no sólo de dispositivos sino de innovación completa : procesos de trabajo, personal cualificado, renovación de equipos digitales…
Sobre unas tendencias optimistas, ya el aumento de plantillas y necesidades de reproductividad por aumento de las demandas, sugiere que sí se ve luz al final de un camino arduo de esfuerzos compartidos desde trabajadores hasta ejecutivos, que en España afrontaron con mucha fuerza positiva el peor de los escenarios vividos hasta hoy.
Muchos porcentajes avalan ya esta idea, que no es sólo emotividad y ganas de salir adelante, por muchos números que busquemos para tranquilizar la conciencia empresarial, la verdad está en la energía socio-económica, que mueve y empuja a que cada PYME crea más en sí misma y en sus posibilidades. Por fin estamos en el camino de la recuperación, sin euforias ni prisas, desde la previsión y experiencias adquiridas tras la crisis no sólo financiera, sino de identidad y de miedos.
Tras la vorágine de peligros acechando en cada esquina en función de las debilidades despertadas y descubiertas en cada caso particular, llega la batalla por la creatividad y riesgos controlados, que será lo que decida qué empresas y sectores remontan más y a mejor ritmo.
No es lícito seguir escudándose en “la crisis”, cuando se sigue en procesos de recesión, ni culpar a las circunstancias mundiales económicas, se terminó el margen de utilización de fachadas victimistas para tapar las malas decisiones o faltas de productividad.
Ya no es válido quedarse pegado a los resultados negativos sin asumir responsabilidades y buscar las oportunidades en el mar de ayudas, o vivir dependientes de rescates.
Es el momento de destapar el vaso de las cualidades y capacidades propias.
IMPULSANDO PYMES
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En verdad toda crisis genera oportunidades; que quién las aproveche, es otro cuento. Aquel que con su proa visionaria se anticipa al futuro, delimita y comprende los riesgos, y convierte en fortalezas los miedos ajenos, ese es un actor prominente de cambio y de empuje.