Será este próximo jueves 23 de julio de 2016, una fecha que quedará grabada en la historia y que se realiza debido a una promesa electoral de David Cameron. El actual primer ministro británico anunció a principios del 2013 que de salir electo en las elecciones del 2015 realizaría esta consulta. Y, a diferencia de otras promesas políticas en tiempos de elecciones, esta la ha cumplido. Pero esta consulta no es algo nuevo.
Y es que debemos remontar nuestra memoria a 1975 cuando el 67% de los encuestados se manifestó a favor de permanecer. Pero los grupos de presión se hicieron fuertes en la candidatura de Cameron y el UIKP (el partido pro-independentista del Reino Unido) se salió con la suya con esa promesa y esta consulta. Ahora toca preguntarse, ¿se repetirán los resultados?
Tras muchos cambios la consulta contará con una única pregunta:
¿Debe el Reino Unido continuar como miembro de la UE o debe abandonarla?
Una cuestión directa con una respuesta clara (“Mantenerse en la UE” ó “Dejar la UE”) para no dar lugar a dudas.
Ciertamente el Reino Unido siempre ha jugado con una cierta ambigüedad con respecto a su participación en esta unión económica negando, por ejemplo, la imposición del uso del Euro y manteniendo su moneda y su independencia. Pero ellos siempre han ido por cambios extraños (y mejor no hago referencias a chistes sobre que conducen por el lado contrario ó que midan en millas, galones, pintas ó pies).
Tendrán opción de voto todos aquellos británicos mayores de 18 años, irlandeses y ciudadanos de la Commonwealth residentes en el Reino Unido. Incluso por primera vez podrán votar los ciudadanos en Gibraltar ó los Lores. Curioso es que esta unión que es el Reino Unido pueda romperse con un “sí” ya que, por ejemplo, Irlanda ha dicho que abandonaría esta unión de separarse de Europa.
¿Quién tiene más que perder, Europa o Inglaterra?
Una pregunta compleja ya que ambos se aprovechan de una manera simbiótica de esta unión. Si bien a corto plazo el problema grabe sería para los propios ingleses con un problema de cuentas que rondaría (se comenta) de una necesidad de fondos de 30.000 millones de Libras (unos 38.000 millones de Euros) que habría que salvar con impuestos.
5 problemas económicos que conlleva el Brexit
– Depreciación de la Libra. Con la salida de la moneda de la UE podríamos pronosticar una pérdida de empresas y una salida de fondos del país, al no poder aprovecharse de ayudas centrales y buscar nuevas sedes céntricas desde las que trabajar con toda Europa.
– Depreciación del Euro: Lo queramos ver ó no, aunque la Libra no forma parte de la moneda única, sí forma parte del potencial económico de Europa y su pérdida debilitaría la posición global para el resto de países.
– Problemas de aduanas: La salida de Europa llevaría al reestablecimiento de aranceles bidireccionales, lo cual empobrecería la situación global.
– Menos presupuesto para la UE: Al perder uno de los principales aportadores de recursos ya que sus fondos están cerca del 6% de los pagos a la UE.
– Subidas de impuestos: Para sufragar la compensación de la balanza de pagos exterior.
Claro que todo esto es especulación y de salir un “sí” tendremos que esperar. Además, ¿podría haber un efecto de cadena para que otros miembros abandonen este proyecto de convivencia?
Manuel López Millán, tutor de las del Master de Finanzas y Administración de Empresas de IMF Business School
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