Hace ya más de 15 días Michael Horn, director ejecutivo de Volkswagen en Estados Unidos, dijo: “We have totally screwed up”.
O, en Castellano, “La hemos cagado del todo”. Sin entonar un “mea culpa” el directivo confesó haber sido deshonesto tanto con medios oficiales de medioambiente como con los consumidores por el consumo no ecológico de sus motores. Recordemos que ese día saltaba la perdiz antes de que ningún medio u organismo público se percatara, probablemente un adelantamiento de la empresa automovilística a una próxima filtración, porque sin duda de otra manera no nos habríamos enterado.
Así la empresa asumía que ciertos motores diesel eran capaces de emitir un 40% menos de monóxido de carbono. Emisiones nocivas con las que no sólo trataban de atraer clientela concienciada con el medio ambiente si no atraer dinero de gobiernos dispuestos a apoyar la renovación del parking automovilístico del país con coches más verdes. Su truco: los motores poseían un control tecnológico sencillo, detectaban cuando el coche estaba realmente en movimiento y si detectaban que estaba encendido pero no circulando se activaba el control de emisiones de tal manera que superaban cualquier test de polución realizado.
Se dice que esta crisis ha supuesto una salida de fondos ya de 6.500 millones de Euros para hacer frente a pagos e indemnizaciones (España, por ejemplo, pretende que la compañía devuelve lo aportado a planes PIVE) y todavía está pendiente de recibir denuncias de organismos en cuanto se calcule el daño hecho tanto a nivel ecológico como de responsabilidad a los compradores.
11 millones de coches afectados en algo que es posible que también este afectado a otras grandes compañías como Seat o BMW. ¿Qué pasará ahora? ¿Caerán estos gigantes empresariales o otros podrán tomar su relevo ó bien el tamaño y el poder de mercado de estos les harán simplemente pagar unas pequeñas indemnizaciones, cortas unas cabezas y luego todo se olvidará?
Por lo pronto podemos ver como hasta el 01 de Octubre el funcionamiento de la compañía en la Bolsa de Fráncfort demuestra una caída de precio de sus valores a medida que aumentan el número de títulos transmitidos. La gráfica de seis meses que vemos a continuación nos permite ver como los títulos de la compañía venía con un breve decline (curiosamente la compañía en estos últimos años lidera el mercado de turismos) pero el descenso de un 33% de su cotización desde el anuncio de Michael Horn es una clara muestra del interés actual del mercado de títulos.
Fuente: Yahoo Finance.
¿A qué puede llevar esta situación bursátil? Probablemente tras pagar una fianza y una adecuada campaña de limpieza mediática la compañía fundada en 1937 pueda volver a resurgir. Empresas como Nike ó Coca-cola ya han experimentado problemas sociales como este que comentamos y han salido airosas, recuperando pronto su puesto en el mercado; por ello creemos que es el momento de comprar acciones a un precio accesible.
En un dilema del mercado actual: consumidores de poca memoria y empresas capaces de influir rápidamente en ellos y en los gobiernos.
Manuel López Millán, tutor de las áreas de Finanzas y Administración de Empresas de IMF Business School
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