Se trata de un concepto también llamado “recipricodad por servicio”. Cuando los bancos o financieras nos “regalan” algo y rápido sentimos la desconfianza de que ellos nunca pierden. Empezamos a analizar nuestros movimientos como locos para tratar de localizar eso que tan rentable para ellos y qué seguros estamos que estamos dejando de ganar nosotros. Por perjuicio natural contra las instituciones de poder económico que nos dominan. No nos falta razón, ellos nunca pierden y para eso están los saldos compensatorios por servicio, donde está perfectamente estipulado cuándo, cuánto y cómo pueden dar en función de lo que reciben.
Se trata de la media en los balances de las cuentas de volúmenes mas altos, donde los servicios que se prestan a las empresas tiene un coste repercutido que se valora en función de lo que compensen sus movimientos e intereses generados en las operaciones.
A veces se establece de antemano según unas cantidades que no pueden mermar o “mínimo absoluto” o bien por unos tiempos pactados, es decir o se mide en función del volumen medio o del tiempo mínimo de las operaciones.
Es como los plazos fijos, que según el tiempo a mas largo mas intereses , esto es fácil de entender. Si colocamos un dinero en el banco por un tiempo largo donde garantizamos que no habrá movimientos, permitimos al banco contar con un activo que puede utilizar en inversiones que a su ves dejaran una rentabilidad que simplemente reparten con nosotros.
Si en algún caso rompemos el compromiso del tiempo establecido en la inmovilidad del capital, puede que no cambie la rentabilidad porque el banco ya cuenta con un margen entre todos los plazos fijos, que le permite respetarnos determinadas condiciones. Otra cosa es que el compromiso se rompa reiteradamente , todos los casos están estipulados y valorados y estarán firmados con las consecuencias de cada caso.
Esto es lo mismo que pasa a todos los niveles en que un servicio se compromete y luego falla o cambian las condiciones circunstanciales, es decir por ejemplo si contratamos un crédito donde pedimos dinero a devolver de una manera y luego cambiamos este compromiso, puede o no costarnos más en función de los “saldos compensatorios por servicios” que hayamos firmado o establecido con la financiera.
Es muy importante conocer y leer al firmar cualquier transacción comercial o incluso en tratos personales cuales son las opciones contempladas y que quede claro el margen de imprevistos o cambios circunstanciales que cambian las condiciones. Podríamos llevarnos sorpresas incluso en la compra de un billete de avión, donde el over booking aun en ciertas aerolíneas no es comunicado correctamente y muchos pasajeros se quedaron en tierra sin posibilidad de reclamación o compensación.
Podemos quedar con un amigo a determinada actividad que si cambian las condiciones , emocionalmente reaccione de manera sorpresiva que no esperábamos, incluso en estas circunstancias es bueno siempre tener claro como la otra persona piensa en caso de contingencias o cambios incontrolados.
No es que se obsesione uno con todo lo que podría pasar, pero un cierto control de imprevistos puede ahorrarnos mucho dinero y disgustos.
Lo ideal es que en todo intercambio contractual quede reflejado el máximo nivel de contingencias posible, por prevenir.
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