Este mismo fin de semana hablaba con compañeros abogados sobre la complejidad en la forma de los contratos de las criptomonedas o criptodivisas, su dificultad fiscal y contable, y en lo complicado que lo tienen actualmente los gobiernos para determinar su tributación.
Por tanto, todos aquellos profesionales que se dediquen o que quieran dedicarse al mundo de las finanzas, deben tener un conocimiento actualizado de este nuevo entorno económico.
¿Pueden las criptomonedas ser consideradas divisas?
Tras un largo diálogo, mis compañeros me convencieron de una cosa:
Por mucho que así lo denominemos, a día de hoy, ni el bitcoin ni cualquier otra criptomoneda, puede ser considerada moneda o divisa al no tener un país soberano detrás que garantice el valor de la misma.
Y, si no es una moneda, ¿cómo lo llamamos?
Esto lleva a numerosos problemas legales, empezando por un dilema contable: ¿si no es una moneda como debe contabilizarse? Está claro que si no lo es pasa a ser o bien un instrumento financiero o un inmovilizado intangible, lo que lleva a más problemas. ¿Cuándo compramos un bien y este es abonado con una criptomoneda es, por tanto, una permuta? Todo parece tender a este concepto y, por tanto, los gobiernos deben tributarlas como tal.
Y, si no es una moneda, ¿cómo debe tributarse?
Esto son sólo algunos de los problemas económico/contables actuales a los que tanto los poseedores o inversores de estos activos deben enfrentarse, como los agentes que todavía no se han decidido a tributar de manera estricta estos movimientos. Probablemente estamos a la espera de que Europa defina una política común, pero hasta entonces estamos en un pequeño limbo fiscal.
¿Qué supone esta incertidumbre fiscal para los usuarios?
Lo que ya hemos denominado como un pequeño limbo fiscal, resulta ser un paraíso perfecto para especuladores, pero, aquellos que no lo son, deben hacerse una pregunta: ¿qué pasa si no hay un país soberano que sustente el valor de esta “moneda” ni un bien real que aguante su valor virtual?
¿Cómo se fija el precio de las criptodivisas?
Pues bien, al igual que cualquier otro, su precio se fija por la oferta y la demanda a través de plataformas especializadas como Kraken o OkCoin.
Es decir, como en un mercado secundario un participante fija un precio de compra o venta y estos se ordenan en función de las necesidades de sus miembros haciendo el sistema que la transacción coincida cuando dos personas estén de acuerdos en un precio fijando el mismo para el resto.
¿Por qué fluctúa el precio de las criptomonedas?
Curiosamente este tipo de criptomonedas tiene una serie de características en cuanto a su cotización: para empezar pueden tributar por partes (no cómo una moneda, digamos, normal) y, por tanto, no hay gobierno capaz de manejar los tipos de cambios para estabilizar su volatilidad, no hay un mercado oficial,…
Entonces, ¿qué podemos esperar de las criptomonedas?
Sin duda su creador, Satoshi Nakamoto (o quien se esconda tras ese seudónimo) sí demostró ser capaz de crear un sistema financiero totalmente anarquista, ajeno al mercado, alternativo, interesante, especulativo y auto-sostenible. Un sistema financiero que capta adeptos y que multiplica el número de nuevas criptomonedas, tanto es así que la Wikipedia enumera a día de hoy hasta 15 de estas.
Pero…¿realmente estamos preparados para esta revolución económica?
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Que buen post! Me gusto mucho la explicación.