Día del Maestro: diferencias entre maestro, profesor y docente

Cada 27 de noviembre se celebra en España el Día del Maestro, una celebración que honra a todos los docentes del país y que homenajea a José de Calasanz, sacerdote y pedagogo que fundó la primera escuela popular en Europa, figura clave en la educación por su pasión y vocación por el campo de la enseñanza. 

En el uso actual del castellano es habitual utilizar como sinónimos maestro y profesor, pero si nos ponemos quisquillosos, algo que conviene hacer en determinados contextos, sobre todo en los formales, este uso es erróneo, ya que no son exactamente la misma figura. 

Ambos sí son docentes, término que la RAE define como la persona “Que enseña”. Por lo tanto, bajo este paraguas más amplio sí tienen cabida desde un punto lingüístico ambas profesiones, la de maestro y la de profesor -también la de catedrático, por ejemplo-, que tienen varios matices que los diferencian, desde su origen etimológico hasta sus funciones, ya que ambos se encargan de distintas etapas de la educación. 

¿Qué hace un maestro?

La palabra maestro proviene del latín (‘magister’), que significa más. Por lo tanto, el maestro sería “el más mejor”. En la sociedad contemporánea, y en clave educativa, el maestro es la persona que acompaña a los niños y las niñas durante sus primeros años en el universo educativo.

En toda la etapa de la educación obligatoria, primaria, y también en educación infantil, los docentes son maestros porque se han formado en la carrera de magisterio, donde han aprendido conocimientos globales en distintas áreas para poder iniciar en todas ellas a sus alumnos.

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¿A qué se dedica un profesor?

El origen etimológico del término está en la concepto del latín ‘profiteri’, que hace referencia a la disposición para hablar en público. El profesor es el responsable de ejercer la enseñanza a partir de la educación secundaria obligatoria, la ESO, y también son los responsables de la formación de los alumnos en Bachillerato y en la Formación Profesional.

Además, así se denomina también a los docentes que trabajan en escuelas de idiomas, centros de adultos (CEPAs), academias, instituciones de enseñanza superior como IMF e incluso universidades si no tienen la categoría de catedráticos, que son los profesores con la categoría más alta en enseñanza media o universitaria, según los define la RAE. 

Al profesor se le exige una formación especializada que puede ser en una o varias materias, pero de forma aislada y no global. Es decir, ha de ser experto y debe estar formado en la materia de la que imparte clase.

Y posteriormente tendrá que haberse acreditado como profesor a través del master de formación del profesorado, donde aprende pedagogía. Entonces podrá dar clases como profesor a partir de educación secundaria obligatoria -la urgencia por la COVID-19 ha hecho que actualmente en España se pueda ejercer como profesor sin tener este título-

¿Cuáles son las cualidades de un maestro?

Escritura, lectura, música, ciencia, historia, matemáticas… el maestro prepara el camino para sus alumnos, con los que pasa muchísimas horas al día, no así como los profesores, que imparten exclusivamente una materia. Además, hay una serie de cualidades que se consideran esenciales en él como son la dedicación, el compromiso, la flexibilidad, la compasión y la empatía.

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Es importante también que muestre entusiasmo y vocación por su trabajo, que sea respondable, que trate de motivar a los alumnos y, por supuesto, que su implicación se demuestre en sus eternas ganas de seguir aprendiendo.

La importancia de la figura del Maestro en nuestra educación

Son los maestros los que establecen las bases, los que ponen los cimientos, en la enseñanza de los pequeños, que ya en secundaria se pondrán en manos de los profesores especializados. No es tan importante el conocimiento que transmiten como la forma en la que lo hacen, con pasión y vocación, transmitiendo la curiosidad y la motivación a sus aprendices.

Además, especialmente en las edades más tempranas, son personas con las que los niños generan vínculos muy fuertes porque, al fin y al cabo, son su ancla, su garantía de seguridad cuando no están con sus papás. 

Es por ello que el papel del maestro es capital no solamente a nivel educativo, sino también en clave humana. Por mucho que luego sea un profesor pasional con gran capacidad para impactar en positivo en sus alumnos el que les lleve hacia un camino profesional u otro en sus vidas, el maestro siempre deja huella, para bien o para mal en los chicos. ¿Quién no se acuerda de su “Don” o “Doña” particular?

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