Cuando uno se plantea su futuro, tanto profesional como académico, más allá de la experiencia universitaria, se encuentra ante sí un camino con tres posibles rutas alternativas.
Por un lado, afrontar la experiencia profesional dando un respiro a la parte formativa; por otro, combinar el trabajo con el estudio de un master complementario con el que especializarse en una determinada materia; o apostar por el doctorado, una vía que es complementaria con la actividad laboral pero que requiere darle la prioridad a este porque obliga a tener un compromiso importante con la investigación por la que se opte.
Del primero de los tres planes poco más se puede decir, pero todavía existen algunas dudas de la diferencia entre un master o un doctorado. Vamos a tratar de explicarlo en las próximas líneas de la forma más didáctica y sencilla posible.
Ya te hemos dado alguna pista en la entradilla, al explicar qué implicación suelen requerir. No es algo científico ni medible con exactitud, pero el master suele ser un plan complementario a la hora de conformar el perfil profesional mientras que el doctorado invierte las prioridades.
Podríamos decir que cada una de las dos llaves desbloquea puertas diferentes. Esto se explica también de la siguiente forma: el master tiene vinculación directa con la empresa y el doctorado lo tiene con la universidad, con el ámbito académico y la investigación.
Diferencias entre un master y un doctorado
Para aclarar una diferencia más entre el master y el doctorado, no hay que perder de vista que los master son estudios que ahondan en la especialización, tienen una orientación muy práctica porque su fin es que el alumno pueda aplicar los conocimientos adquiridos en el entorno profesional.
En cambio, el doctorado tiene una clara orientación hacia la investigación científica. El objetivo es que el alumno indague en alguna materia determinada, no explorada a ese nivel hasta entonces, y lo haga mediante la familiarización con las técnicas de investigación más avanzadas y rigurosas.
El trabajo final del doctorado es original y único, las famosas tesis doctorales que tanto juego dan últimamente en los medios de comunicación, y el nivel de profundidad del mismo es sobresaliente, de modo que requiere un trabajo extenso en cuanto a tiempo, tanto en horas como en prolongación.
El master puede durar uno o dos años a lo sumo, pero el doctorado implica, en líneas generales, mayor dedicación, de entre tres y cuatro años. No quiere decir esto que los master sean sencillos, ni mucho menos, pero es una realidad que la duración de ambas formaciones son distintas y también el enfoque, mucho más práctico el master que el doctorado, cuyo desarrollo es teórico en gran medida.
El precio y el tiempo, las claves
El precio es otra diferencia entre el master y el doctorado. El primer es mucho más caro, aunque en muchas ocasiones las empresas sufragan una parte (o la totalidad) del coste dependiendo del plan de carrera del trabajador y los acuerdos a los que haya llegado.
No es sencillo, de todos modos, establecer un coste medio para un master porque depende de muchos factores, como la materia, su naturaleza (los hay habilitadores, como el de profesorado, que son más baratos generalmente), o el prestigio de la escuela, entre otros. En el caso del doctorado, estos suelen están financiados con becas por lo que no tiene nada que ver el precio de uno con el de otro.
En definitiva, a modo de conclusión, nada tienen que ver un master y un doctorado más allá de que ambos tienen relación con la formación y son estudios de posgrado. Ni la duración, ni el precio ni las salidas son las mismas, por lo que los planes de futuro que se tengan son decisivos a la hora de decantarse entre un camino u otro.
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