El emprendimiento no es única y exclusivamente cosa de personas que montan empresas, también lo son las que pertenecen a ellas.
Generalmente identificamos a un emprendedor (entrepreneur) como aquella persona que está dispuesta a correr riesgos para llevar a cabo una idea de negocio, sea financieramente o de otra índole, identificando una oportunidad y organizando los recursos necesarios para poner en marcha la empresa.
Dentro de las propias empresas existen estas personas las cuales, bien sea por talento, sea innovadora u otra forma en la que haya llegado a una conclusión, se proponen llevar a cabo su idea.
¿Por qué no aprovecharla la propia empresa en la que está contratado?
Cuando una organización se decide por dejar llevar a cabo tal idea, a esa persona se le denomina Intrapreneur, o emprendedor dentro de una misma empresa.
El concepto, atribuido a Gifford Pinchot III, se utilizó por primera vez en la década de los 80, e identificaba a aquellos ejecutivos que tenían nuevas ideas de negocio, evoluciones o innovaban dentro de la propia organización y no deseaban abandonarla. Por lo tanto, se puede decir que un intrapreneur es aquella persona que es capaz de identificar nuevas oportunidades de negocio, las plantea a su Dirección y son tomadas en consideración, dejándole instrumentar una serie de acciones que le permitan innovar, convirtiendo la idea en un nuevo negocio dentro de su propia organización.
En ambos casos, entrepreneur e intrapreneur son idénticos, necesitan la misma formación, tienen las mismas características, virtudes, aptitudes, actitudes, talento y competencias para desarrollar un negocio, salvo un aspecto, el intrapreneur es aquel que entrega su idea a una empresa que es suya y esta a su vez se convierte en paraguas dándole el apoyo necesario para su implantación dentro de la organización.
En muchas de las ocasiones, la propia organización, se puede ver este tipo de comportamientos como una ‘amenaza’, pero no más lejos de la realidad puede ser visto como una oportunidad.
Si la idea es buena, ¿por qué negársela a la organización?
¿Acaso muchas empresas no vuelcan esfuerzos para mejorar?
¿Por qué buscar fuera el talento si lo tenemos dentro?
A lo que no hay que tener miedo es a compartir las ideas y poder recibir feedback, para demostrar y convencerse de que lo que se tiene en mente puede ser éxito, y no frustraciones.
Latest posts by Jordi Torregrosa (see all)
- Marketing para PYMES - 12/05/2015
- Cómo afecta el precio a la imagen de marca - 05/05/2015
- La gran verdad de las Redes Sociales y las PYMES - 01/04/2015