Ser emprendedor ya no es solamente encontrarte solo, existen otros condicionantes que pueden dar al traste con tu idea de negocio. Y no voy a hablar de si necesitas un Plan de Marketing, porque lo tienes ¿no?
Hay que tener claro que nada es fácil en el mundo empresarial, más si acabas de empezar. Debes tener la cabeza -como se dice coloquialmente- ‘bien amueblada’. Está claro que debes tener formación adicional a la que puedas haber obtenido, como un Máster o Cursos Profesionales. Y nunca debes entrar en los arquetipos o costumbres que enumeran multitud de personas, porque ya se sabe que esto de emprender no es un camino de rosas.
Voy a proponerte una par de costumbres que seguro difieren de lo que hayas podido interpretar o empezar a realizar. En caso afirmativo me alegra que sea así. Ya se conoce perfectamente que muy posiblemente empieces sin ganarte una nómina, ni puedas cobrar las horas extras, ni tengas vacaciones, pero siempre se pueden suplir por unas costumbres.
Y es ser productivo, y no me refiero a cobrar menos y trabajar más como se ha llegado a escuchar por los medios informativos, sino a trabajar las horas necesarias para llegar al objetivo asignado. Imaginemos que somos un consultor freelance…
Planifica el trabajo que demanda cada cliente, eso es lo que vas a facturar.
Lo normal cuando se capta un nuevo cliente es volcarse con él al 110%, y eso debe ser así, el foco o eje del negocio son los clientes. Pero hay que medir las horas que le dedicas, que deben ir alineadas a la facturación que se le realiza. Excederse del tiempo delimitado por el que te contrataron va en contra de tu propia productividad, y por ende, eficiencia. Ya que si ‘le echamos más horas’ estamos restando horas para proceder a otras tareas ajenas a ese cliente.
Tip: Siempre tener presentes las horas que tengamos necesidad de dedicar a la administración, captación de clientes, desplazamientos, formación u otros quehaceres a las horas laborables, estas son las fijas, las horas del cliente son variables. Delimita la jornada, y llegada esa hora para de cuajo. Tu cuerpo, tus familiares y tus amigos te lo agradecerán, y tu cuerpo te lo recompensará al día siguiente.
No seas multi-tarea, erradica los ‘ladrones de tiempo’, de su gestión depende tu eficiencia como negocio.
Es una de las cosas que peor lleva un freelance, ya que no puede delegar en nadie más que no sea él mismo. Esto viene a colación del primer punto, planifica a qué horas te vas a dedicar a contestar mails, estar en tus redes sociales, a revisar tus cuentas de negocio, etc. Una cosa detrás de la otra. No por hacer varias cosas a la vez, por ejemplo, estar hablando por el teléfono con un cliente mientras lees una mención en Twitter y en el portátil me salen dos nuevos mails, etc. me acerco a la realidad, ¿no?, pues NO. Cada cosa a su debido tiempo.
Tip: Al que tienes que atender es a tu cliente, no a tus ‘fans’ o ‘follows’, estos NO son los que generan ingresos directos en tu caja, a no ser que seas un e-commerce y estén conversando de tu tienda, entonces es entendible. El tiempo hay que dedicárselo a tus clientes y a tu negocio. El resto déjalo para tu tiempo libre. De seguro le ganas tiempo al tiempo y consigues unas horas extras para concertar visitas. Si gestionas debidamente tus ‘ladrones de tiempo’ no te encontraras con panoramas de los que ‘tenia que haberlo terminado ayer’, separar lo urgente de lo importante, darle prioridad a lo que de verdad lo necesita.
En resumen. Debes de darle el tiempo necesario a cada tarea o trabajo, de lo contrario te verás con mucho trabajo acumulado cuando lo más posible es que no estás siendo estricto contigo mismo. Y es que la productividad es todo lo contrario que muchas veces oímos, es trabajar lo imprescindible para conseguir el mismo objetivo en menor tiempo del que normalmente nos ha llevado. Eso nos conduce a poder ingresar por el tiempo que de verdad le hemos destinado, pero la única sensación es que trabajamos mucho y cobramos poco.
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