Que toca reformar nuestra Sanidad es algo que es más que evidente: equipos obsoletos, instalaciones viejunas, organizaciones ancladas en el siglo XX, y líderes más aferrados a cargos políticos que a una verdadera profesionalización de su gestión. Al final, quien termina pagando es principalmente el paciente, que una vez más parece olvidado en todos los planes y reformas en gestión sanitaria.
O eso al menos así era hasta hace poco.
Humanizar la gestión sanitaria
La humanización de nuestra sanidad se ha puesto de moda, y parece que ya no puede hacerse nada sin el paciente y para el paciente. A todo se le pone la H de Humanización por delante (yo el primero) como cuando hablamos de organizaciones con H-alma, etc.
Salvo excepciones, como éstas que hoy quiero traer a colación y otras muchas que van salpicando nuestros distintos sistemas sanitarios autonómicos, y que podrían ser las semillas que en un futuro, no muy lejano, terminen germinando un buen caldo de cultivo para esa Sanidad más humanizada: con el paciente en el centro, sí, pero también el profesional. O para qué dar más vueltas a la cuestión: personas, todas ellas, al fin y al cabo.
Las reformas en hospitales y la estancia del paciente
Tal como podemos leer en la noticia publicada en La Vanguardia:
Wifi en las salas de espera y en los boxes de urgencias, enchufes cerca para cargar dispositivos; asientos más cómodos y con brazos en la sala de espera y no colocados en fila, sino distribuidos en pequeños grupos; sistemas para avisar al personal sanitario de que está hablando demasiado alto y no hay manera de dormir; derecho a estar con acompañante en urgencias; mucha más intimidad; camas cómodas y no camillas… Son algunas de las peticiones de pacientes que hospitales como el del Mar y el de Bellvitge han incorporado a sus reformas. Ambos centros estrenan esta semana nuevos servicios con grandes inversiones en espacio y tecnología. Pero los detalles han entrado también en el presupuesto.”
¿Pero es esto lo que realmente piden los pacientes para sentirse correctamente tratados? Está claro que wifi y enchufes cerca ayudan a hacer la espera más llevadera, pero ¿no sería mejor reducir dicha espera en lugar de gastar recursos en que no se den cuenta de que están esperando? ¿O incluso sensibilizar al ciudadano de un mejor uso, más racional y eficiente de los servicios de urgencias haría que ganáramos todos, pacientes y profesionales?
Cómo convertir al paciente en el centro del sistema sanitario
Si queremos de verdad que el paciente sea el centro del sistema, tenemos que ser capaces de incorporarlos a los foros de debate, a los equipos de trabajo, que sean partícipes de las decisiones que se toman en torno a las cuestiones que se mueven en el día a día de las organizaciones sanitarias.
Ya sea en la micro-gestión con las decisiones que ocupan al centro de salud del barrio o a su hospital de referencia, como en un plano algo más macro, donde las organizaciones de pacientes estén representadas con voz y voto.
Aunque ya puestos a pedir… pacientes y profesionales también. Porque muchas veces somos los profesionales los que menos entendemos las decisiones que se adoptan en nuestros entornos de trabajo, y mucho menos entendemos por qué no se nos ha preguntado antes de emprender cualquier tipo de reforma que afecta a nuestro día a día y a nuestra forma de trabajar.
Lo dicho, pacientes y profesionales, tanto monta, monta tanto… personas interactuando con personas mientras que una tercera P, la de la política, cada día más alejada de la profesionalización que se les debería exigir.
Y por cerrar con el tema que nos ocupa hoy, ¿para cuándo una humanización de la gestión sanitaria?
Iñaki González, tutor del Máster en Gestión Sanitaria de IMF Business School.
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Me parece que la respuesta a la pregunta que formulas tardará en llegar…
Además, humanizar también es cuidar a los profesionales en el ámbito sanitario.
Un profesional desmotivado, estresado o quemado por no poder hacer correctamente su trabajo debido a plantillas no correctamente dimensionadas o la carencia de medios para ejercer su labor asistencial deja en el aire la efectividad real de cualquier Plan de Humanización”,