La notificación de una alerta alimentaria indica que el consumo de un determinado alimento puede provocar riesgos graves para la salud del consumidor. La alerta se produce porque se trata de un alimento que proviene de algún establecimiento nacional o se ha distribuido en territorio nacional.
España y la seguridad alimentaria
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) es punto de contacto tanto del sistema de Red de alerta Alimentaria Comunitaria (RASFF) como de contacto centralizador y coordinador del SCIRI (Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información) y otros sistemas de alerta internacionales como INFOSAN (International Food Safety Authorities Network).
Las notificaciones que hace el SCIRI pueden ser de distinta naturaleza: alerta, información, rechazo, varios.
Una empresa puede conocer que existe un riesgo asociado a alguno de sus productos a través de la autoridad competente, por los sistemas internos de gestión de la seguridad alimentaria, por un proveedor, por parte del consumidor, empresa de distribución o por un establecimiento de restauración.
Actuar frente a una incidencia de seguridad alimentaria
La empresa alimentaria debe estar preparada para actuar en caso de una incidencia en la seguridad alimentaria a través de su sistema de APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos) y del plan de trazabilidad que lleve a cabo en la empresa con el fin de anteponerse a los posibles riesgos porque debe garantizar la seguridad alimentaria de sus productos.
Además, se recomienda a las empresas alimentarias que dispongan de un manual interno para la gestión de alertas, una vez que se produzcan ya que las herramientas obligatorias que hemos mencionado anteriormente, aunque son fundamentales, tienen como objetivo actuar antes de que se produzca la incidencia.
Manual de gestión de alertas en empresas
Este manual de gestión de alertas sería útil para actuar de una manera metódica y ordenada en el caso de existir una alerta, por lo que este manual también debe ensayarse de forma periódica y en el caso de tener que actuar lo haga de forma inmediata ante cualquier incidencia que afecte a la seguridad de sus productos.
En este manual de gestión de alertas se debe tener en cuenta los siguientes apartados:
- Política de seguridad alimentaria de la empresa.
- Comité de alertas.
- Procedimientos preestablecidos que definan las acciones de evaluación , gestión y comunicación, así como los responsables.
- Sistemas de apoyo: informática, manuales…
- Medios económicos y humanos.
- Revisión y actualización del manual.
- Formación sobre alertas y aplicación del manual.
Pasos para la gestión de una alerta alimentaria
El operador alimentario es el responsable de obtener un alimento seguro, debiendo cumplir con la legislación vigente y colaborar con las Autoridades Competentes.
Captar la información
El primer paso en la gestión de una alerta es captar la información y es recomendable que la empresa tena previsto un mecanismo para la llegada de la información al responsable sobre riesgos graves que puedan afectar a sus productos, para analizar la misma y en caso necesario ponga en marcha el plan interno de gestión de aletas.
Identificar el producto y el riesgo
Una vez informado y activado el plan de gestión de alerta, la empresa completa la información disponible, identificando el producto, peligro, riesgo y qué población está involucrada. A partir de ahí se prepara la información de trazabilidad del producto y del proceso.
Conocer la trazabilidad del producto
La empresa debe conocer la trazabilidad del producto afectado, hacia atrás y hacia delante. Cuanto antes se disponga de esta información mejor, ya que se pueden valorar antes las actuaciones de gestión y ejecutar las medidas tomadas. Esta información de trazabilidad se debe poner a disposición de las Autoridades Competentes.
Evaluar la acción correctiva
Se evalúa la actuación a tomar que puede ser inmovilización, retirada, recuperación u otra que se determine.
Al decidir la actuación a seguir, se tiene en cuenta como prioridad eliminar el riesgo para el consumidor manteniendo un alto nivel de protección de la salud y el menor coste posible para la empresa.
Ejecutar la medida
El paso siguiente es ejecutar la medida tomada para posteriormente analizar lo ocurrido para mejorar y minimizar la posibilidad de que vuelva a ocurrir.
Es importante en el caso de una alerta alimentaria, colaborar con la autoridad competente en todo momento.
Cuando se declara una alerta alimentaria se deben seguir las indicaciones que da la Autoridad Competente (AC).
La empresa debe poner a disposición de la Autoridad Competente, toda la información que solicite la misma y toda aquella que la empresa considere que puede ser útil y relevante para la gestión de la alerta, aunque no se la soliciten.
Carmen Fernández, tutora del Máster en Dietética y Nutrición, Calidad, Higiene y Seguridad Alimentaria de IMF Business School.
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