Un océano de nuevos dispositivos nos aborda cada día. La tecnología avanza imparable y llega al usuario en forma de elementos ultramodernos que buscan hacernos la vida más fácil, más rápida, más eficaz y cada mes más controladora.
Una doble vía a tener en cuenta a la hora de adquirir esos aparatos que nos incluyen e introducen en el mundo virtual y real, dándonos posibilidades de acceso a informaciones y facilidades muchas en el modo MANOS LIBRES, una de las muchas traducciones de los sistemas WEARABLES, o Para llevar puesto.
Mientras nos multipican la capacidad de acción también pueden crear dependencia, esa es la cuerda foja en la que saber moverse. Niveles de miniaturizacion increíbles, donde gafas o pulseras nos permiten utilizar nuestro Iphone sin sacarlo del bolsillo, relojes con el mail o tarjetas con las llaves de casa y el coche insertadas. No es ciencia ficción, es hoy real y además ya accesible a los bolsillos de cualquier usuario, aunque los precios siguen siendo algo elevados.
Es la era de la “Tecnología Ponible”. Y el total giro de paradigmas donde la creación de APPs para cada dispositivo será la nueva dirección de I+D en la creación de software.
Pero realmente no estamos preparados para movernos en ese tamaño… para visualizar tanta información en pantallas cada vez más pequeñas, el ojo humano no está entrenado.
¿Nuestra mente está realmente adaptada a estos cambios y evolución?
¿Sabemos aprovechar tantas aplicaciones posibles? ¿Nuestro cerebro sabrá interpretar la vida en velocidad y forma a la que nos lleva este tipo de tecnología?
¿Y el control al que nos somete? Ya sabemos que la simple participación en redes sociales nos hace vulnerables y expone nuestras intimidades.
Todos los avances pasan por posicionamientos GPS, tras los cuales se esconde un ultracontrol de nuestras costumbres, gustos, ideales, movimientos, y emociones… Los estándares se deben generalizar, anulando individualidades, el estar integrados en entornos tan cerrados para poder instalar aplicaciones que sirvan para todos y que nadie quede fuera de los contextos, quedamos también etiquetados y encasillados en grupos cerrados.
Perdemos capacidad de maniobra personal y el carácter particular y diferencias anuladas, estamos en riesgo de pérdida de personalidad. Hay que pensar como respondemos a las ofertas que se moverán siempre en funcción de la demanda y necesidades, ¿o es al revés?
¿Será que estamos en movimientos en masa donde nuestras necesidades las dictan las empresas?
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Parece de película esta nueva tecnología pero aun asi es realidad. Ahora, poco a poco, la iremos viendo en la gente que nos encontremos por la calle y cada vez será más cotidiana