La importancia de la educación emocional es vital en las aulas y Escuelas de hoy en día ya que el objetivo educativo no puede ser únicamente el garantizar un adecuado futuro laboral si no por supuesto el educar ciudadanos felices, que gocen de una buena salud mental y sepan gestionar sus emociones antes que administrar una empresa.
¿Qué significa la educación emocional?
La Educación Emocional se entiende como un proceso educativo en el que se integran los conocimientos sobre inteligencia emocional y se presentan conceptos, estrategias y herramientas necesarias para abordar este ámbito.
La adquisición de competencias emocionales es compleja y requiere una disciplina multidisciplinar ya que es un reto complejo y ha de atender a las diversidades del alumnado.
La educación emocional es la prevención ideal ante los factores estresantes de la vida adulta.
Conocer cómo funcionan nuestras emociones y saber gestionarlas favorece la resiliencia ante los eventos desagradables o incómodos de nuestra vida.
A su vez también reduce el impacto de las emociones negativas, las cuales son inevitables y nos acompañan en el día a día, pero de no saber aceptarlas, indentificarlas o trabajarlas pueden apoderarse de un espacio mayor al que les corresponde en la esfera emocional, y esto afectar significativamente a nuestro bienestar.
También conocer cómo funcionan procesos como la ansiedad o el estrés, permite identificarlos y mantenerlos en unos márgenes normales sin que se extiendan a extremos patológicos.
Competencias emocionales necesarias para el desarrollo y autonomía emocional
La educación emocional permite adquirir las competencias emocionales necesarias para un correcto desarrollo y autonomía emocional. Algunas de estas habilidades son por ejemplo la conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, habilidades sociales y competencias para la vida y el bienestar.
- La conciencia emocional implica identificar y detectar las propias emociones. Ejercicios como la autoobservación, identificación de pensamientos, cambios fisiológicos permiten alcanzar una mayor conciencia emocional.
- La regulación emocional permite ofrecer una respuesta equilibrada ante las emociones que se experimenta. Regula las emociones desmedidas y permite que la persona no sufra un torrente emocional desmedido. Esta estrategia otorga a la persona las herramientas necesarias para no sentir o experimentar un descontrol emocional y tampoco vivir en una constante represión emocional ante el padecimiento de emociones muy intensas.
- La autonomía emocional es la capacidad que permite al individuo no verse fuertemente afectado por las emociones de otros o estímulos disruptivos del ambiente. Supone una adecuada independencia emocional sin que esto suponga una pérfida o falta de apego.
- Las habilidades sociales plantean un vehículo facilitador de relaciones sociales y la correcta implicación de las emociones de ambas partes en este tejido social. En este aspecto la empatía y la escucha activa son fundamentales para que las relaciones sociales se den de manera óptima, fomentar estas capacidades supone un objetivo primordial a alcanzar en la infancia a través de la educación emocional.
- Por último, las competencias para la vida y el bienestar suponen todo lo relacionado con la felicidad y la autorealización, es decir, promover emociones alejadas de la frustración, rabia, ira, dsprecio, etc.
¿Cuál es el objetivo de la educación emocional?
Cómo fomentar estas habilidades y ofrecer las correctas herramientas para favorecer estas habilidades, es objetivo principal de la educación emocional.
Lograrlo permitirá un mayor bienestar de la población y principalmente alejarnos de los datos alarmantes que venimos observando en nuestro día a día de las elevadas tasas de ansiedad, estrés y depresión que se dan entre los más jóvenes, incluso en menores en el ámbito escolar.
Es fundamental no identificar la escuela con una fuente de ansiedades donde la competitividad y la excelencia son el gran trofeo por el que luchar.
Algunos pasos intermedios que se pueden ir dando de cara a la futura implantación regulada de esta asignatura sería la formación del docente en este ámbito y la existencia de talleres de regulación emocional que vayan acercando este campo a la Escuela.
Por último, la relación entre familias y escuelas se ha de promover y entender que ambas partes trabajan con un objetivo común que es el desarrollo del alumnado.
Este desarrollo no puede limitarse a la competencia laborar si no a un desarrollo personal donde eduquemos a ciudadanos y ciudadanas plenos, que gocen de bienestar emocional y una capacidad de autorrealización saludable.
Bibliografía
Bisquerra, R. (2016). Educación emocional. Documento inédito elaborado para las I Jornadas del Máster en Resolución de Conflictos en el Aula.
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Raquel García Gómez
