Hace unos días llegaba a mis manos un nuevo vídeo sobre una charla que Marta Peirano daba en Madrid durante las conferencias TEDx. Para quienes no las conozcáis, se trata de charlas impartidas por grandes emprendedores y pensadores del mundo sobre tecnología, entretenimiento y diseño con el propósito de difundir las ideas que merecen la pena. En esta ocasión, la conferencia versaba sobre nuestra privacidad (o la inexistencia de ella) en la red, y creo que merece la pena dedicarle unas líneas para reflexionar sobre ello.
Todos habremos oído alguna vez la frase de: “¿por qué me vigilan, si no soy nadie?” y acto seguido, “qué más da que me espíen, si yo no tengo nada que esconder”. Pensamos erróneamente que los únicos interesados en los datos que generamos son la NSA o el CNI, y alguno más que sale en las películas americanas, pero nada más lejos de la realidad.
Durante todo el día generamos una ingente cantidad de información que tiene un enorme valor, y por el que las empresas pagan mucho dinero: dónde vivimos, dónde trabajamos, cómo nos desplazamos, si hacemos deporte, qué nos gusta, a qué dedicamos nuestro tiempo de ocio… La información es el nuevo petróleo, y con toda esta información las empresas hacen verdaderas maravillas, sin embargo nosotros la estamos ofreciendo a cambio de nada. Sí, para recibir algún que otro servicio gratuito que (no vamos a negar) nos viene bastante bien, pero que para nada tiene el mismo valor de la información generada.
En este punto es cuando debe traerse a colación la ley de protección de datos, más conocida como la LOPD que, si bien data de 1999, hoy más que nunca está siendo la herramienta básica para proteger nuestros derechos y velar por nuestros intereses. Creo que por aquel entonces pocos podían imaginar hasta qué punto los datos personales podían tener este valor, y podían hacernos tan vulnerables ante el mundo.
Gracias a la LOPD, las empresas que nos solicitan diariamente nuestros datos personales para bajarnos una app en el móvil, para enviarnos un pedido, para ofrecernos un servicio, deben cumplir una serie de principios y de requisitos que, a la postre, están ideados para defender nuestros intereses y evitar que estas grandes compañías, una vez obtengan dichos datos puedan usarlos a su antojo.
Por ello, cuando nos solicitan nuestros datos personales, deben informarnos de para qué van a ser utilizados, con qué finalidades, si pretenden cederlos a terceros interesados,… y, a excepción de determinados casos que establece la ley, en la mayoría de las ocasiones requerirán de nuestro consentimiento para su tratamiento. Y, en todo caso, siempre tendremos derecho a acceder a esta información, cancelarla, rectificarla, u oponernos a su tratamiento.
Sin embargo, todas las garantías que la ley establece se convierten en polvo cuando nosotros no ponemos de nuestra parte. Es imprescindible que seamos conscientes del poder y el valor de toda la información que generamos, y que como tal, tomemos todas las precauciones que nos conciernen. Es decir, debemos preguntarnos si una app de un juego que estamos intentando descargarnos realmente necesita el acceso a nuestra cámara, nuestro gps, nuestro historial, nuestros contactos… Debemos interesarnos sobre qué van a hacer realmente con estos datos, y debemos conocer todos los derechos que nos asisten, y ejercerlos cuando lo creamos conveniente. Porque ¿realmente merece la pena dar tanto por tan poco?
En cualquier caso, os invito a ver el vídeo sobre la charla pues resulta muy revelador y nos hace un poco más conscientes del valor de nuestros datos.
También podéis leer este artículo relacionado sobre el denominado “Internet de las cosas”.
¿Estás interesado en Seguridad de la Información?
Loreto Jiménez Muñoz, Consultora LOPD y Nuevas tecnologías en Áudea
Formación Relacionada
Latest posts by El Blog de IMF Business School (see all)
- Los proyectos y sus características principales - 02/01/2023
- Consejos para elaborar el currículum - 29/12/2022
- 10 razones para estudiar un MBA - 22/08/2022
