Obama, “abre la veda” y se suma a la lucha contra el cambio climático

Una de las noticias de la semana, ha sido y está siendo, el ambicioso Plan de Barack Obama. El presidente de EE.UU, afirma que este plan tiene como objetivo hacer frente al cambio climático.

“El Plan de Energía Limpia”, así lo han denominado, incide directamente sobre las emisiones de dióxido de carbono que producen actualmente las plantas energéticas, estableciendo un nuevo parámetro de reducción: un 32 % en 2030.

Este Plan refleja un compromiso por parte de los Estados que se sumen, aunque en principio, todos tienen potestad para negarse a presentar los informes pertinentes; para fomentar estas nuevas prácticas, se premiará a aquellos que participen y formen parte activa de esta nueva iniciativa, y para aquellos que “declinen la invitación” se decidirá que castigo imponerles.

El Plan de Energía Limpia, viene precedido por el conocido Protocolo de Kyoto que se basa en los Principios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático del año 1992, entrando en vigor el 21 de marzo de 1994, dejando constancia de que los Países que no la han firmado aun, pueden adherirse en cualquier momento. En la actualidad 195 países se han adherido.

El Protocolo de Kyoto se aprobó el 11 de diciembre de 1997, y en él, se establece reducir emisiones en 37 países, los cuales se reconocen así mismos responsables de las emisiones que se emiten en la actualidad.

Posteriormente la Comunidad Europea firmó el Protocolo y en el año 2001, y el Consejo Europeo de Laeken confirmó la voluntad de la Unión de que el mismo entrara en vigor antes de la cumbre mundial de desarrollo sostenible de Johannesburgo.

Es imprescindible recordar, que el contenido del Protocolo de Kyoto gira en torno a las emisiones de distintos gases dañinos para el medio ambiente: dióxido de carbono (CO2); metano (CH4); óxido nitroso (N2O); hidrofluorocarbonos (HFC); perfluorocarbonos (PFC); hexafluoruro de azufre (SF6).

Los países industrializados se comprometían conjuntamente a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero para lograr que las emisiones totales de los países desarrollados disminuyeran, al menos, un 5 % con respecto al nivel de 1990 durante el período 2008-2012.

Ese mismo año se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Doha, Qatar y tras los logros conseguidos hasta entonces, se tomaron decisiones y lanzaron un nuevo período de compromiso del Protocolo de Kyoto, cuyas acciones debían comenzar a ejecutarse por los países desarrollados.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Varsovia, el pasado año 2013,  los Gobiernos reiteraron las decisiones tomadas en la cumbre anterior y se tuvieron en cuenta otros factores, como las consecuencias que acaban por impactar en determinadas comunidades.

Ahora es imprescindible, esperar a ver, las determinaciones que se toman en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en unos meses en París, y se establezcan nuevos retos, albergando la esperanza de que se acaben cumpliendo las premisas de Desarrollo Sostenible.

Partiendo de todo lo acontecido, y a pesar de los detractores que van surgiendo y que auguran el fracaso del Plan de Obama, esta puede ser la primera de muchas propuestas encabezadas por otros países que estén dispuestos a combatir el cambio climático.

Mientras los Países se movilizan y el mundo va tomando conciencia, Naciones Unidas ha puesto en marcha una iniciativa en este año 2015, con el lema “Es hora de la acción mundial, por las personas y el planeta”; Mediante esta plataforma, se traslada a la ciudadanía la  preocupación existente por la pobreza, la desigualdad y el planeta. A su vez, representa un llamamiento a  los dirigentes políticos, que al final, constituyen el brazo ejecutor en la toma de decisiones.

El cambio climático, constituye un tema esencial y de vital importancia en el mundo en que vivimos,  por ello se debe percibir como una seria amenaza y esto implica el deber de actuar, de movilizarse y de tomar decisiones que conduzcan a velar por las generaciones presentes y futuras.

 

Ahora que los Gobiernos internacionales se unen para evitar el cambio climático, ¿por qué no te decides por un Máster en Sostenibilidad y Eficiencia Energética?