El pasado 22 de abril, Día Mundial de la Tierra, 175 países se reunieron en París para ratificar el Acuerdo de París que establece los pilares que permitan una solución viable a la grave amenaza del Cambio Climático a nivel global. Son muchos los tecnicismos, estimaciones y explicaciones científicas que se ponen sobre la mesa y probablemente por ello es complejo que el común de los mortales sean conscientes de qué es lo que se ha acordado y qué reflejo tendrá en el mundo que nos rodea.
Es pertinente aclarar algunos conceptos sobre lo que está ocurriendo y en qué plazos va a ocurrir. Así, se conoce más o menos bien que el Acuerdo de París supone un paso adelante para llegar a tener un compromiso vinculante que haga a los países tomar medidas reales, decididas y efectivas para frenar las causas y paliar los efectos del Cambio Climático Global.
Alguien podría preguntarnos qué es lo que se ha firmado en París este mes de abril si se suponía que el Acuerdo de París se firmó en diciembre de 2015 en esa ciudad francesa. En realidad lo que se aprobó a finales del año pasado por parte de 195 países fue el contenido y borrador final de dicho acuerdo. Después de eso, se ha traducido a los seis idiomas oficiales de Naciones Unidas, se ha limpiado de cualquier errata el documento y es esa versión final la que se ha firmado por parte de los países reunidos este mes. Según se acordó, para que el Acuerdo de París entrase en vigor, tenían que firmarlo al menos 55 países que representasen al menos el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La buena noticia es que esta cantidad se ha superado ampliamente pues Estados Unidos, China, Rusia, India o la Unión Europea lo han ratificado.
Pero no es sólo importante que estos grandes emisores lo hayan ratificado. Es necesario además que hayan puesto sobre la mesa compromisos reales y significativos de reducción de emisiones. Los grandes emisores así lo han hecho con la importancia que ello tiene como mensaje enviado a toda la comunidad internacional sobre la relevancia de esta lucha global.
30 días después de que se haya cumplido con la ratificación que cumpla el requisito del “55 países con 55% gases efecto invernadero” el Acuerdo entraría en vigor. Para que un país haya ratificado efectivamente el acuerdo han de firmar el acuerdo entre el 22 de abril de 2016 y el 21 de abril de 2017. Posteriormente a la firma habrán de aprobar el acuerdo y su compromiso a nivel local. Y ahí cada país tendrá su propio proceso interno de aprobación. Algunos países como Estados Unidos lo podrán aprobar rápidamente mientras que otros como la Unión Europea tendrán un proceso más largo, complejo y diverso.
La clave ahora estará en que cada 5 años los países vayan planteando nuevos objetivos cada vez más ambiciosos que permitan cambios importantes y sustanciales en los modelos productivos, energéticos y económicos de todas nuestras economías.
Se abre sin duda ante nosotros un período de grandes oportunidades en los que cuestiones como la Eficiencia Energética o el desarrollo de las Energías Renovables van a experimentar un impulso muy importante. Países como India o China ya han planteado compromisos en estos cambios de gran calado. Esto sin duda permitirá avances tecnológicos y economías de escala que harán cada día más interesantes estas tecnologías.
En la medida en que logremos contar con profesionales formados en estas disciplinas de Energías Renovables y Eficiencia Energéticas, podremos decidir si estamos en la cresta de la ola de esta nueva revolución energética que hay en ciernes, o si, por el contrario, simplemente dejaremos pasar la ola y que sean otros los que aprovechen el tirón. Eso sin duda será la decisión que tenga tomas cada uno.
Álvaro Rodríguez , Director Área Energías Renovables y Medio Ambiente de IMF Business School.