El impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España

Recientemente se ha presentado por parte de la principal Asociación del sector de las energías renovables en España (APPAAsociación de Empresas de Energías Renovables), el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, el cual lleva mostrando de manera recurrente desde hace más de una década, la situación del sector.

Después de una cierta travesía en la que la moratoria a este tipo de instalaciones se impuso, el sector en la actualidad se encuentra muy esperanzado debido a diferentes factores, como, por ejemplo los resultados de las subastas de nueva potencia renovable que se han llevado a cabo, la competitividad que se está consiguiendo con algunas tecnologías, así como los nuevos escenarios en materia de renovables que se han fijado por parte de la Unión Europea de cara al año 2030.

El sector de las Energías Renovables en España en el 2018

Durante el año 2018 el sector energético experimentó un crecimiento de más de 10 puntos porcentuales hasta aportar al Producto Interior Bruto Nacional un total de 10.521 millones de euros. Las distintas energías renovables representaron un total del 13,9% de la energía primaria y produjeron algo más del 38% de la generación eléctrica en España, con lo que eso supone desde el punto de vista de las emisiones de dióxido de carbono.

También, es muy importante desde el punto de vista del empleo el crecimiento de estas fuentes de energía. Consecuencia de la descarbonización del sistema energético y la lucha contra el cambio climático, las energías renovables resultan completamente imprescindibles. Esto permite que se tenga empleo, incluso en lugares en los que resulta de especial necesidad, tal es el caso de las zonas rurales. En el año 2018 el número total de empleados en el sector ascendió a 81.924 trabajadores, un incremento del 3,3% con respecto a los datos doce meses antes. Las tecnologías energéticas que más aportaron en la creación de empleo fueron la energía eólica, la solar fotovoltaica y los biocarburantes.

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Hay que tener presente que España es un país netamente importador de fuentes de energía (la dependencia energética nacional representó un total del 73,4% frente a la media de la Unión Europea, la cual se sitúa en el 55%), y es ,por ello, por lo que el aprovechamiento de los recursos renovables autóctonos, resultan de vital importancia para reducir la importación de fuentes de energía, principalmente petróleo y gas natural.

Durante el año 2018 el ahorro en energía primaria derivada de los combustibles fósiles ascendió a más de 20,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo, con lo que eso supone también de ahorro económico (más de 8.500 millones de euros), y ahorro en emisiones de dióxido de carbono (más de 56,5 millones de toneladas).

La cada vez mayor participación de las energías renovables en la estructura de generación eléctrica en España, trae de la mano también un abaratamiento de los precios de la electricidad en el mercado diario, con las consiguientes ventajas que esto tiene para la economía de un país como España. En el año 2018 el ahorro que se tuvo ascendió a un total de 18,67 €/MWh.

Plan de Energías Renovables 2011-2020

Conviene contextualizar los resultados obtenidos por las energías renovables dentro de la estructura energética nacional. Se debe a que el Gobierno de España se comprometió en su momento a través del Plan de Energías Renovables 2011-2020 (al recogerse en la correspondiente Directiva 2009/28/CE de la Unión Europea), a que en el año 2020 se tendría al menos el 20% del consumo final bruto de energía en España a partir de fuentes renovables. Al estar en el año 2018 en el 17,3%, retrocediendo ligeramente frente al año anterior en donde se tenía un 17,5%, consecuencia de la fuerte dependencia que se tiene del petróleo, resulta complicado afirmar que España cumplirá con los objetivos en materia de energías renovables para el año 2020.

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Finalmente el repunte que están teniendo las energías renovables en España en los últimos años debe tener continuidad, unido a la importancia de las empresas nacionales que trabajan en el sector, y a los objetivos para el año 2030 que se han marcado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, posibilita que pueda ser un sector empresarial estratégico para el conjunto del Estado.

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