Actualidad
Recientemente la noticia de un accidente mortal por parte de un vehículo de la marca Tesla de conducción semi-autónoma ha ocupado la portada de todos los telediarios y periódicos del mundo. No han tardado muchos en hablar del riesgo que entregar el control de un vehículo a un ordenador puede suponer.
Resulta cuando menos curioso que esta noticia acontezca coincidiendo con el lanzamiento del Tesla 3 con más de 750.000 reservas en 2 meses y que, sin embargo, no se publique y distribuya hasta 2 meses después del accidente. Lo que parece también olvidarse es que frente a 1 muerto habido en un coche de conducción semi-autónoma (y cuyas causas aun están por esclarecer), cada año mueren en el mundo 1,5 millones de personas a los mandos de sus vehículos.
La estadística no resiste la comparativa y, de hecho, la evolución de los vehículos de conducción autónoma es imparable. En este año ya ha habido varios camiones conduciendo por Europa, uno de los cuales lo ha hecho por Cataluña. Google o Tesla están invirtiendo grandes esfuerzos y recursos en desarrollar vehículos capaces de conducir de forma automática y mucho más segura. Está claro que son cada vez más las mejoras que incorporan los vehículos convencionales (luces automáticas, salida involuntaria de carril, distancia de seguridad controlada, parada de emergencia en caso de obstáculo, aparcamiento asistido y un largo etcétera).
Posibles cambios
Probablemente en unos años las marcas de coches que hoy en día entendemos como habituales habrán cambiado y marcas que hoy no conocemos o que identificamos con sectores económicos más propios de internet serán las marcas de referencia en automoción.
También es posible que el propio concepto de movilidad cambie y que veamos las mismas protestas que hoy tenemos en el mundo de los taxistas hacia Uber o hacia iniciativas como Car2Go pero cambiando los papeles. Podría ser que en unos años fuesen los conductores de Uber los que protestasen por la aparición de los coches autónomos que uno pueda llamar con su teléfono móvil (o el dispositivo que en ese momento se estile) viniendo a buscarte.
Pensando en el futuro
Pero si hacemos un poco de prospección en el tiempo podríamos fácilmente prever que en unos 10 años pudieran estar en el mercado a precios razonables vehículos completamente autónomos. Pensemos en lo que esto puede suponer para personas con movilidad reducida, o personas ancianas o, simplemente, personas que no tienen carnet de conducir. Además viajar en un vehículo que te lleva de forma segura y automática a tu destino permite que el viaje sea mucho más confortable o que se pueda ir trabajando, leyendo o incluso durmiendo.
Al igual que aparece en algunas películas del oeste en el que el vaquero se baja del caballo y luego silva para que vuelva a buscarle. En unos años nuestro coche nos dejará en la puerta del lugar al que vayamos y se irá a cargarse ya que, con total seguridad, los coches autónomos del futuro serán eléctricos. Cuando queramos partir nos bastará con llamarle (supongo que se habrá diseñado algo más moderno que un silbido) y el coche vendrá a buscarnos.
Un coche autónomo elegirá de forma automática la ruta, evitará los atascos e incluso optimizará su movimiento conectándose al resto de vehículos que le rodean. De esta forma se evitará el efecto muelle que muchas veces provoca los atascos en nuestras carreteras. Las distancias entre vehículos se optimizarán permitiendo mantener más vehículos en una carretera y con una velocidad mucho más constante, pues un vehículo autónomo ha de ser también un vehículo interconectado con los demás y por lo tanto sabrá qué va a hacer el vehículo que va delante, detrás o de frente antes de que este maniobre.
Un vehículo autónomo no se parará a mirar el accidente del carril contrario, ni se dormirá, ni beberá. Al igual que hoy vemos normal que nuestras casas se mantengan a la temperatura que programamos, o nuestros teléfonos nos recuerden lo que deseemos, los vehículos aparecerán como un nuevo interlocutor habitual.
Hace poco un gurú de las comunicaciones decía que en el mundo había más de 50 mil millones de aparatos interconectados y en el futuro, anticipaba, que todo aquello que pueda estar interconectado, lo estará. Obviamente nuestro coche hablará con nuestra casa, nuestro teléfono y hasta con la carretera.
No parecería descabellado que en 20 años (allá por 2035) esta fuera la opción más común a la hora de comprar un coche pues las ventajas en seguridad, confort y consumo de una conducción autónoma son claramente mayores que la conducción humana tradicional. Y probablemente en otros 10 años, en 2045 alguien analizará las estadísticas de siniestralidad y comprobará que el 99,99 de los accidentes se producirán por parte de aquellos conductores que se empeñen en seguir conduciendo ellos mismos sus vehículos. ¿Parecería descabellado que llegado ese momento, es decir dentro de 30 años, se tomase la decisión de prohibir a los humanos conducir sus propios coches por el riesgo que ello supondrá para ellos mismos y para el resto de conductores? Si aplicamos la lógica más arriba expuesta lo cierto es que parecería una decisión absolutamente lógica…
… ahora nos queda ser testigos de esta nueva revolución.
Álvaro Rodríguez , Director Área Energías Renovables y Medio Ambiente de IMF Business School.
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Totalmente de acuerdo, el avance del coche autónomo no se puede frenar -por suerte- para la seguridad de todos. Evitará accidentes y muertes. Mejorará el tráfico y los tiempos de salida-llegada. Coincido en que en unos 20 años ya serán los coches más vendidos.
Te dejo el enlace a un artículo que escribí con un enfoque algo distinto pero sobre la misma temática. Saludos!. http://www.na8.com.ar/news/2016/07/13/hacia-el-coche-autonomo-en-espana/