El señor Ministro de Industria, Energía y Turismo del Gobierno español de Mariano Rajoy se cree que está en su casa jugando a uno de esos juegos de salón en donde se maneja “dinero de mentira” y no pasa nada. Pues desgraciadamente, y parece mentira que un Técnico Comercial y Economista del Estado no sepa de ello, sí pasa y mucho.
De vez en cuando nos deleita con alguna de esas frases para la posteridad, en donde las empresas y personas que en su día invirtieron sus dineros en el sector energético español se quedan, cuanto menos abocados a la desesperanza e incredulidad. Lo curioso es que fuera de nuestras fronteras españolas parece otro y ser uno de esos pro-renovables. Recientemente se demostró durante su viaje por tierras asiáticas.
Hace unos meses comunicó que a mediados del mes de junio se publicaría una importante reforma del sector energético, que desde entonces se ha esperado viernes tras viernes, Consejo de Ministros tras Consejo de Ministros, con el fin último de atajar el tan defenestrado “déficit de tarifa”. Pues bien, efectivamente es preciso acabar con él, o al menos planificar y prever su control cuanto antes, ya que es un importante lastre económico que no puede condicionar más al sector, y sobre el cual han contribuido de manera muy negativa nuestros gobiernos anteriores con políticas energéticas nada acertadas, sirviendo como ejemplo la “burbuja solar” creada en los últimos gobiernos socialistas y que vamos a pagar durante muchos años.
Lo que no ha sido lógico, se mire como se mire, la tardanza en esa reforma energética, ya que su aprobación tuvo lugar en Consejo de Ministros a mediados del mes de septiembre, aunque se sigue retrasando la publicación de normas, como por ejemplo, la correspondiente al balance neto, y eso condiciona las perspectivas empresariales de las muchas o pocas compañías que todavía sobreviven en el mercado nacional.
En las ponencias de algunos de los cursos de verano donde han participado nuestros más ilustres representantes, es en donde el Ministro ha realizado algún comentario al respecto, bien de motu proprio o como respuesta a uno de esos ávidos alumnos, e incluso también en entrevistas radiofónicas.
Se han generado durante todo este tiempo muchos comentarios al respecto, y de hecho las especulaciones han sido constantes de cómo finalmente se tendría la reforma. UNESA, la patronal que engloba a todas las empresas del sector de la generación eléctrica, ha echado por tierra constantemente la importancia de las energías renovables, sector que ha despuntado en España y que es un ejemplo para otros más allá de nuestro territorio. El ruido del lobby del sector renovable no adquiere tanta fuerza, y esto tiene que servir y sentar las bases para que haya una unificación con visos de futuro.
Mientras tanto, empresas que habían apostado por realizar inversiones en nuestro territorio nacional, en instalaciones incluso que no recibirían prima o tarifa especial por producir electricidad renovable, y competir así en las mismas condiciones que las centrales nucleares, las centrales térmicas de carbón e incluso las propias centrales de ciclo combinado, están barajando la posibilidad de abandonar dichos proyectos, con lo que eso conlleva de pérdida de riqueza y de puestos de trabajo, en momentos en los que precisamente no estamos para “tirar cohetes”, aunque quizás lo más doloroso sea la pérdida de credibilidad como país fuera de nuestras fronteras para empresas potencialmente inversoras. Sin ir más lejos y para que sirva de ejemplo, están en entredicho proyectos en Extremadura firmados entre empresas (alemanas en algún caso) y Gobierno Autonómico.
Ante este panorama, señor Ministro, ¿no le parece necesario “coger el toro por los cuernos” y actuar de otra manera?. Continuar con una situación así, es una agonía innecesaria y que desde luego no beneficia a nadie.
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