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Combustibles sintéticos: Agua y CO2 para reducir la huella de carbono

Los combustibles sintéticos se han convertido en protagonistas indirectos de 2022. Como objetivo de su creación se encuentra reducir la huella de carbono de manera eficaz, pero ¿son viables en un futuro próximo? Te contamos todos los detalles de esta alternativa para que conozcas las claves que pueden convertirla en un éxito.

¿Son necesarios los ecocombustibles?

Definitivamente sí. El empleo de ecocombustibles en sectores como la logística sería ideal para reducir la emisión de gases contaminantes. Teniendo en cuenta el auge del comercio electrónico a raíz de la pandemia, cifrado en más de un 40 %, el reparto a domicilio aumentó considerablemente y con él los niveles de contaminación.

Sin embargo, no se trata exclusivamente de este último aspecto, sino también del agotamiento progresivo de los recursos naturales y de las proyecciones que han de realizarse para encontrar nuevos yacimientos. Sin duda, pensar en otra manera de crear combustibles es más una necesidad imprescindible que una simple alternativa.

¿Qué es el e-diésel?

Se conoce también como ecodiésel y consiste en una combinación de agua y de CO2. Este último proviene de la atmósfera y se convierte en combustible gracias al hidrógeno que contiene el agua.

Tras la electrólisis, se consigue un combustible sintético a base de hidrógeno, electricidad y dióxido de carbono. Teniendo en cuenta que el dióxido y el hidrógeno provienen de la naturaleza y la electricidad de plantas de energía sostenible, el producto no puede ser más ecológico.

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Una explicación detallada del proceso

Para despejar tus dudas, vamos a contarte con mayor detalle cómo se consigue este tipo de combustible:

  • El proceso comienza calentando el agua a más de 800 grados para poder separar el hidrógeno del oxígeno. El hidrógeno se quedará en el reactor usado y el segundo regresará a la atmósfera.
  • A la reacción generada se le añade CO2, el cual se captura directamente del exterior. Cuando se mezcla con el hidrógeno, se elevan la presión y la temperatura. Así, se logra un líquido de color azul que se conoce como crudo azul.
  • Este crudo se refina, tal y como se hace con un combustible estándar, para que pueda añadirse al depósito de cualquier vehículo. La textura final es idéntica a la del diésel. Puede almacenarse en un depósito y emplearse usando el mismo sistema utilizado para cualquier otro combustible.

¿Cuáles son las ventajas de los combustibles sintéticos?

La más importante es que son totalmente ecológicos. De hecho, solo se emplea el agua como recurso natural (puede utilizarse una procedente de una depuradora). Además, hay que valorar que:

  • El producto no aumenta las emisiones de CO2 que provocan el temido efecto invernadero.
  • Gracias al empleo de filtros, que captan el dióxido de carbono que rodea a la industria correspondiente, se reduce la cantidad de esta sustancia en el aire.
  • Este producto se adapta totalmente a los motores de los vehículos más modernos. No es necesario crear combustibles específicos para cada modelo de motor.
  • Las pruebas llevadas a cabo confirman que el motor no resulta dañado. La velocidad que puede alcanzar el vehículo es la misma que con otro combustible y las emisiones se reducen sensiblemente.
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¿Qué opina la industria automovilística al respecto?

De momento, las grandes marcas han apostado por invertir en plantas de producción que generarían cientos de miles de litros, pero no todo es color de rosa. Si bien las pruebas realizadas confirman que se trata de una opción ideal que no altera la mecánica de los vehículos, no es menos cierto que el coste de producción incide, directamente, en el precio final que debería abonar el cliente. Los informes indican que es muy superior al de la extracción del petróleo.

Tampoco está tan claro que, en plena era de los coches eléctricos, los clientes finales elijan esta alternativa. La distribución del combustible, los márgenes de beneficios de las petroleras y un alto precio por litro son obstáculos que no parecen fáciles de superar. Afortunadamente, alguna compañía española ya ha anunciado que va a abrir su planta de combustible sintético en breve, lo que podría animar a sus competidores a hacer lo mismo.

¿Va a apostarse por este tipo de combustible en otros sectores?

Por suerte sí. De hecho, las empresas de logística y las aerolíneas tienen claro que en 2050 hay que lograr el objetivo de emisiones cero. Algunas empresas fabricantes de aviones, navieras y líderes en su sector han comenzado ya a hacer las pruebas pertinentes.

Barcos, aviones y vehículos de gran tamaño podrían beneficiarse de esta opción, al ser tan sostenible como eficaz. Que muchas empresas anuncien ya que van a comenzar a montar motores compatibles, arroja un rayo de esperanza de cara al futuro. El empleo del hidrógeno garantiza la máxima energía en el menor espacio. En caso de viajes largos para el transporte de pasajeros o de mercancías, el combustible sintético puede convertirse en sinónimo de mayor rentabilidad.

¿Será el ecocombustible la clave para el desarrollo sostenible de la logística internacional?

Sí. Al igual que ahora repasas las políticas de sostenibilidad de una compañía, compruebas que usan material reciclado para sus envíos y demás, también el empleo de un combustible más ecológico puede formar parte de las medidas correspondientes.

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Todo dependerá del poder económico de cada empresa, pero es bastante probable que se combinen el uso de la electricidad con el de los combustibles sintéticos. La reducción de emisiones será obligatoria a partir de 2030, lo que parece incidir en la necesidad de encontrar propuestas más recomendables como la arriba explicada.

Curiosamente, la idea surgió en torno a 2019, en 2020 sufrió un parón por la pandemia, pero se retomó en 2021. Fue 2022 el año en el que se confirmó que la apuesta era más decidida que nunca y todo parece indicar que lo seguirá siendo en años venideros.

Ahora que conoces mejor los combustibles sintéticos, quizá te apetezca formarte en la materia para convertirte en un profesional del sector de la logística. Teniendo en cuenta la futura demanda de especialistas y la evolución de las políticas de sostenibilidad, nos parece una gran idea, por lo que te animamos a echar un ojo a nuestro Máster en Energías Renovables.

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