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Coche eléctrico versus diésel: ¿cuál contamina menos?

A veces tendemos a creer que todo lo que se publica, o la información que nos llega por los medios generales de comunicación, está perfectamente contrastado y supone una verdad absoluta. Tal es el caso de algunas afirmaciones sobre determinados beneficios de unas energías sobre otras. Lo cierto es que solo un conocimiento como el que puedes adquirir en un máster de energías renovables puede llevarte a conclusiones acertadas sobre estas materias.

Esto es lo que sucede ahora con la discusión de si los coches eléctricos son menos contaminantes que los diésel o no. A primera vista la energía eléctrica debe ser bastante más limpia que la producida por los combustibles derivados del petróleo, pero han surgido voces, científicas incluso, que consideran que esto no es totalmente cierto. Estas voces autorizadas ponen de relieve algunos de los puntos oscuros de los coches eléctricos como son el problema del reciclaje de las baterías y los propios sistemas de generación de electricidad.

La verdad sobre el coche eléctrico y el coche diésel

Ya empezábamos a acostumbrarnos a la idea de que el coche diésel tenía sus días contados y veíamos el impuesto del diésel como una buena medida disuasoria para la adquisición de estos vehículos y mejorar así el medio ambiente. Sin embargo, contra todo pronóstico, son numerosas las autoridades en esta materia que han empezado a expresar que esto no es totalmente cierto y a exponer que en la discusión sobre coche eléctrico y coche diésel sale de momento ganador el último.

Al parecer, si tenemos en cuenta las emisiones solamente, es evidente que el coche eléctrico produce cero emisiones frente a la cifra de emisión de un vehículo diésel. Sin embargo, las emisiones son solo una pequeña parte de los elementos que componen el efecto contaminante en el ciclo de vida de cada producto.

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El hecho es que, para muchos, el nivel de desarrollo y reducción de emisiones que han conseguido los más modernos motores de gasóleo y el bajo consumo han llevado a contaminaciones muy bajas. Esta alta reducción hace que otros aspectos intervinientes en el ciclo de vida del vehículo eléctrico, que parecen no tenerse en cuenta, les atribuya a estos últimos un nivel más elevado en el perjuicio que causan al medioambiente con la tecnología actual.

El importante ciclo de vida del producto

En la contaminación no solo interviene el consumo de combustible o las emisiones diarias en el uso del vehículo. Desde el momento que este empieza a producirse hasta su obsolescencia y retirada final se producen toda una serie de hitos que marcan una cadena de contaminación y van dejando una huella que se aleja bastante del objetivo de huella cero en algunos casos.

Según el estudio Electric vehicles from life cycle and circular economy perspectives publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, la producción de vehículos eléctricos tiene una repercusión contaminante entre un 1,3 y 2 veces más elevada que la de un vehículo convencional. Esto es debido a los medios necesarios para la obtención de materias primas que requieren las baterías, el propio efecto contaminante de algunos de sus componentes y la misma energía empleada en su proceso de fabricación.

Por otro lado, nos encontramos también ante los problemas del reciclaje del residuo que deja, tanto en los elementos fungibles como en el propio fin de la vida útil del vehículo, que son también bastante más elevados y complejos de tratar que en un vehículo de combustión.

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A pesar de todo esto, según el informe, todo se compensa con creces con el hecho de que las emisiones sean cero en su uso, haciendo que el efecto contaminante global lo sitúe entre un 17 % y un 21 % por debajo del que tiene un vehículo diésel moderno.

Pero esto tampoco es del todo cierto. Si bien el vehículo no produce emisiones, sí lo hacen los sistemas de producción de energía eléctrica que todavía no han conseguido acercarse al nivel de producción limpia requerido.

De esta forma, cuando producimos energía eléctrica mediante una central térmica, estamos contaminado y produciendo unas emisiones que deben ser atribuidas, en el porcentaje aplicable, a la responsabilidad del uso de los vehículos eléctricos.

Cuál contamina más entonces

Teniendo en cuenta todos estos aspectos el informe Buchal, de los autores alemanes Hans-Dieter Karl y Hans-Werner Sinn, entra de lleno en calcular con exactitud cuál es en realidad el nivel de emisiones atribuible, por ejemplo, a un vehículo Tesla.

Su conclusión es demoledora y, en cálculos inapelables, llega a la determinación de que la batería de un vehículo Tesla modelo 3 arroja en su conjunto, en una producción normal y un ciclo de vida de 10 años, entre 11 y 15 t de CO2. Esto supone que en 15 000 km al año, si le sumamos las emisiones atribuibles a la producción de energía eléctrica, este modelo de Tesla estaría alcanzando un nivel de emisiones de entre 156 y 181 gramos de CO2 por kilómetro. Algo bastante superior a un modelo equiparable de Mercedes en su gama diésel.

Qué conclusiones podemos extraer de todo esto

¿Quiere esto decir que todo es una especie de cortina de humo que obedece a algún tipo de interés? No, en absoluto. Es evidente que, aunque no podemos afirmar que actualmente el efecto contaminante de un vehículo eléctrico frente a un vehículo diésel sea menor e incluso, a la vista de lo expuesto, se debería considerar que, hoy por hoy, es superior, no cabe duda alguna de que es este tipo de vehículos el único que tiene posibilidades de llegar, en un breve espacio de tiempo, a presentar una huella cero en todo su ciclo de vida.

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Para ello, es imprescindible la reconversión de nuestros sistemas de producción de energía a sistemas de producción limpios, es decir, que en la propia generación de la energía tengan un nivel de emisiones cero y conseguir perfeccionar los sistemas de almacenaje de la energía eléctrica, sus materiales y sus procesos de producción.

Queda una larga carrera por delante, pero una carrera acelerada por los importantes objetivos que se han marcado internacionalmente en la reducción de emisiones y por la apuesta decidida de todos los países para una transformación. Anímate a ser protagonista de esta carrera preparándote para una profesión apasionante. Inscríbete en nuestro máster en energías renovables.

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A primera vista, la energía eléctrica debe ser bastante más limpia que la producida por los combustibles derivados del petróleo.