Las energías renovables son una fuente inagotable de energía cuyo uso responsable conlleva una multiplicidad de beneficios no solamente para las comunidades sino para organismos e instituciones concretas.
Fuentes de energía renovables
Las principales fuentes de energía renovables son la eólica, hidroeléctrica, mareomotriz y solar.
Además de ser las más importantes, integran el grupo de las energías no contaminantes:
- A partir del viento es posible generar energía eólica.
- Gracias a la llegada de masas de agua dulce a masas de agua del mar es posible generar energía azul.
- A partir del sol se produce la energía solar.
- Mediante el uso de ríos y corrientes de agua dulce se desarrolla energía hidráulica o hidroeléctrica.
- A su vez, los mares y océanos permiten producir energía mareomotriz.
Frente a estas alternativas, las energías renovables pueden integrar políticas públicas en los más variados escenarios y, en este sentido, el Estado es un organismo clave a la hora de tomar decisiones respecto a su uso e implementación.
Este posicionamiento sobre las energías renovables constituye hoy un punto clave para reducir el gasto público, cuidar el medio ambiente y beneficiar a la sociedad en general.
Implementar las energías renovables
A menor escala, en el plano de su implementación en instituciones particulares, todas ellas son perfectamente factibles de implementar en cualquier empresa que cuente con el recurso renovable principal a disposición y, sobre todo, haya decidido proyectarse al futuro de forma sosteniblemente amigable.
A partir de las diversas opciones para desarrollar este tipo de energías, es posible elegir la que más se adapte a la realidad de una empresa y su entorno: masas de agua o grandes extensiones para implementar la energía eólica o la solar.
Resulta evidente entonces que invertir en energías renovables es importante debido a los diversos beneficios que proporciona a corto, mediano y largo plazo: ahorro económico, mejor calidad de vida y sostenibilidad.
Dicha inversión se lleva a cabo mediante la compra de paneles solares, hélices para generar energía eólica y diversos dispositivos. Se trata del gasto inicial necesario que traerá beneficios en el futuro: cuidar los recursos, reducir el consumo de energías no renovables y optimizar el rendimiento de maquinarias del agro.
Diversos países latinoamericanos, como Argentina, ya implementaron este tipo de cuidado ambiental gracias a la compra de diversos elementos tecnológicos de calidad avanzada.
Tanto en el ámbito público como en el privado se cuenta ya con instituciones visionarias respecto a la calidad de vida y el cuidado del entorno respecto a la adquisición de recursos con biotecnología.
Invertir en energías renovables
Casos de ejemplo
A través de la combinación de los recursos naturales renovables y el desarrollo tecnológico es posible obtener bioenergía, aliada fundamental para el ahorro de recursos y la sostenibilidad. En Argentina es posible ver algunos casos que así lo demuestran.
En principio, se implementó Ecorobotix, un robot desarrollado en Suiza que representa la última tecnología en maquinaria para el agro.
Gracias a las características de su sistema operativo, esta máquina ecológica aplica herbicida sobre la plantación de manera precisa y cuidada, con la dosis justa y sólo en aquellos lugares donde hay malezas que afectan al producto.
Implementando las energías renovables, las principales características de este producto son:
- Optimiza la eficiencia en la aplicación porque utiliza un 20% menos de herbicida.
- Funciona de forma completamente autónoma durante 12 horas con energía solar.
- Evita la compactación del piso debido a su peso de 130 kg.
- Aplica el herbicida exclusivamente donde se encuentran malezas.
Otro caso es el de la empresa SAUJIL Solar, que comenzó a construir un parque de 80 hectáreas de extensión en la localidad de Saujil (provincia de Catamarca). Allí se comenzaron a montar una serie de 77.700 paneles solares sobre estructuras con seguimiento a un eje para el aprovechamiento de la principal energía renovable: el sol.
En este escenario, Argentina lanzó su Programa RenovAR-Plan de Energías Renovables con el objetivo de comenzar a invertir en este tipo de generación de energía.
De esta forma, se cuidan los recursos y se aprovechan los elementos que la naturaleza pone a disposición de los ciudadanos, las empresas y Estado para ahorrar en el consumo. Al mismo tiempo, se usan de manera inteligente los diversos elementos del ambiente como el aire, el agua y el sol.
Este programa fue lanzado en el año 2016 y durará hasta el 2025 para incentivar a todas las partes a invertir, progresar y generar una nueva forma de energía limpia, sin gastos y de la misma calidad que la tradicional.
Qué son las energías alternativas
A estas energías renovables o limpias, también se las conoce como energías alternativas: aquella que puede reemplazar a las fuentes energéticas tradicionales actuales, ya sea por su menor efecto negativo en el medio ambiente o por su posibilidad de renovación y disposición continua.
Es importante remarcar que estas energías alternativas, aun siendo renovables por definición, son limitadas y, como cualquier otro recurso natural, tienen su propio potencial máximo de explotación. Esto no quiere decir que se puedan terminar pero sí que deben consumirse de manera inteligente.
Por este motivo, incluso aunque se pueda hacer una transición gradual a estas nuevas formas de producción de energías, tampoco van a permitir continuar con el modelo económico actual de los diferentes Estados, basado en el crecimiento de por vida.
En este sentido, el concepto de desarrollo sostenible es central a la hora de planificar una gestión de gobierno que considere el medio ambiente y los recursos como elementos claves en la vida de las personas.
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