Arrancó el pasado 20 de junio la Cumbre de la Tierra Río+20, con la finalidad de “sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad”, con tres temas en el orden del día: el fortalecimiento de los compromisos políticos a favor del desarrollo sostenible; el balance del avance y la dificultad en su implementación; dar respuestas a los nuevos desafíos emergentes de la sociedad.
Tras horas de intensas reuniones y negociaciones durante los días que ha durado la Cumbre y la presencia de numerosos jefes de Estado y de Gobierno, se ha firmado el documento final el cual recoge como muy positivo “la necesidad de disponer de medidas de progreso más amplias para completar el producto interior bruto, de forma que se disponga de más información en las decisiones políticas”.
Alguna de las razones para disponer de ese PIB verde es que el crecimiento económico no tiene en cuenta el agotamiento de los recursos naturales que condicionan a las generaciones futuras, de ahí que sea necesaria la coherencia entre el crecimiento económico y el agotamiento de los recursos; la medición del cambio climático que pesa sobre el planeta debería constituir un índice nuevo; si el indicador económico fuera más amplio, habría más perspectivas en momentos en los que hubiera fuerte crisis económica como la que tenemos en la actualidad; y se deberían tener en cuenta las reservas de los recursos disponibles de bienes naturales, de tal forma que con ellos se analice la sostenibilidad.
http://www.uncsd2012.org/index.html
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