La pregunta del título del post es una duda que muchos empresarios tienen a la hora de plantear para su organización un programa de formación, motivo por el cual hemos pensado que esta entrada puede aclarar ciertas dudas al respecto.
Por supuesto, sobre la formación de empresa hay muchas opiniones y la mía, en este punto, es otra más, por tanto, es mi deber indicar que no hay por qué tomar todo lo que se diga en este post como dogma de fe sino, más bien, como punto de partida para empezar a reflexionar y obtener cada uno por sí mismo sus propias conclusiones.
Formación en la empresa, ¿cara o barata?
Aunque luego nos referiremos expresamente a la formación en el ámbito logístico de una organización, hay algunos aspectos comunes a toda la empresa de forma integral que es conveniente señalar antes de entrar de lleno en materia.
Que para la dirección de una empresa se interprete como cara o barata la formación de sus empleados ya dice mucho de la misma. Por suerte, he conocido muchas empresas, empresarios y, por tanto, contestaciones distintas a esta pregunta. Posicionándome con aquellos que opinan que la formación en empresa es barata siempre apelo a una frase del Rector de la Universidad de Harvard, Derek Bok, que dijo:”Si crees que la formación es cara, prueba con la ignorancia”.
Apoyo con cifras esta afirmación:
- Los empleados que no pueden desarrollarse en la empresa son 12 veces más propensos a dejar la misma, fuente: IBM The Value of Training.
- Las empresas que invierten en formación obtienen un 24% más de ganancias que aquellas que no lo hacen, fuente: HR Magazine.
- Y para finalizar, un estudio reveló que un aumento del 10% en capacitación de los empleados de una empresa produce un aumento del 8,6% en la productividad de la misma, fuente: The National Center on the Educational Quality of the Workforce (EQW).
Es decir, a fin de cuentas, lo que nos vienen a decir estos datos es que formar o capacitar a un trabajador es rentable, lo que ocurre es que esta rentabilidad no es “cortoplacista”, los beneficios de la misma suelen verse a medio-largo plazo, lo que impide en muchas ocasiones que empresas y empresarios apuesten por ella donde, por desconocimiento o por necesidades de mercado, la frase que suele abundar es: “Quiero resultados y los quiero ya”.
Al igual que una excelente receta de cocina necesita su tiempo de preparación, y un buen queso meses de curación, la formación de empresa es un beneficio que hay que prever con un ancho de miras amplio y, sobre todo, tener paciencia. El conocimiento y la capacitación de los empleados acabará por revertir en la empresa.
Miedo a la huida del empleado capacitado
Richard Branson dijo respecto al tema: “Forma bien a la gente para que pueda marcharse, y trátales mejor para que no quieran hacerlo”. Al hilo de esta magnífica frase hay que señalar, parece mentira que a estas alturas del siglo veintiuno se tenga que recordar esto, que el capital principal de una empresa son las personas que trabajan en ella, son su activo más importantes, e incluso diría más, son su principal cliente.
El primer cliente al que hay que dejar satisfecho son los propios trabajadores.
Por supuesto que existe el riesgo de que un empleado al que una organización ha destinado tiempo y dinero en su capacitación se pueda marchar, es un riesgo que se debe asumir pero, apelando a otra gran frase de Henry Ford: “Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”.
Al igual que una organización asume que sus productos pueden o no ser comprados por sus clientes, se debe de asumir que un empleado pueda dejar la empresa, el reto de la misma será intentar que el capital humano más valioso de la misma permanezca y siga generando más valor ya que, no se nos olvide, la ventaja competitiva de una organización reside en su capital humano.
Una manera de que el personal valioso no se marche es ofrecerle promoción personal en base a conocimientos adquiridos y méritos obtenidos con apoyo de los mismos. Un incentivo importante para que un empleado no se marche es que se sienta valioso dentro de la organización, y una formación continua, programada y bien estructurada dentro de la empresa puede suponer un aliciente más al sueldo que reciba que, en algunos casos, será…. hasta más importante que éste.
Formación de empresa en el área logística
Llevo impartiendo formación en temas logísticos desde hace aproximadamente quince años, y mi experiencia en este sentido es que el cambio positivo del que se beneficia un trabajador cuando recibe formación logística en la empresa para desarrollar su actividad es espectacular y, por ende, el cambio también es espectacular en su organización.
¿A qué es debido esto? Por desgracia la formación “oficial” en logística en este país ha sido prácticamente inexistente, hasta hace relativamente poco tiempo. Esto ha movido a la contratación de personal vinculado, de origen, a otras áreas de conocimiento, lo que ha hecho atraer talento foráneo al ámbito logístico. Esto ha conllevado a que gran parte de este personal, llamemoslé “rebotado”, se haya tenido que formar de manera autodidacta o en base a adquirir experiencia en el día a día.
De acuerdo a lo anterior, dedicar recursos a la formación de empresa en logística es una apuesta segura para el empresario, ya que, como mínimo, los conceptos y habilidades que adquirirán sus empleados se verán reforzados y eso revertirá de forma directa en los resultados de sus operaciones y productividad.
Además de esto, el apartado logístico de una organización se ha ido involucrando y vinculando, cada vez más, como un servicio que se vende junto con el producto empresarial. Es por tanto una necesidad vinculada a la competitividad empresarial disponer de personal formado y preparado ya que será una exigencia de nuestros clientes que habrá que satisfacer.
La logística es un servicio que se vende. La logística no lo es todo pero está en todo. Formar al personal de logística es una necesidad para la supervivencia de una organización.
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