Dentro del contrato de transporte será necesario indicar el tipo de mercancía o bienes que se van a transportar, al igual que las condiciones físicas y cuidados de todo tipo que se deben respetar durante el trayecto.
Un ejemplo de estas condiciones suelen ser las del reparto de pesos y condiciones de temperatura que deben de contemplar aquellos vehículos que se utilizan para transportar bienes perecederos como productos congelados o que necesitan una temperatura estable.
Para el transporte de estos productos es normal que el cargador (es decir, quien pone la carga a disposición del transportista) además de entregar su carta de porte correspondiente (veremos en otras entradas qué son las cartas de porte) le entregue a la persona encargada de realizar el transporte y/o el encargado de consolidar y desconsolidar la carga durante el trayecto o solo al final del mismo (que en muchas ocasiones suele ser la misma persona) un documento con las condiciones de temperatura dentro del habitáculo así como el peso (si es que los palets o cajas están apiladas en columna) que se deben respectar para que la mercancía llegue a su destino en buen estado.
Preparar convenientemente la mercancía para su transporte (fundamentalmente su envase y embalaje) además de útil es necesario. Comentemos algunos motivos de porqué esto es así:
- Se reducen costes y espacio (que también es un coste porque en logística el espacio es dinero, y no interesa pagar por aire transportado sino por mercancía transportada)
- Se ajusta la mercancía a la normativa aduanera del país que importa (si es un transporte internacional), además de cumplir con sus requisitos informativos (de identificación y etiquetaje)
- Se adapta a los tamaños, gustos y requisitos tanto del detallista que vende el producto al final de la cadena de suministro, como del cliente que finalmente lo compra.
La preparación de la mercancía para su transporte está centrada en dos aspectos, el envase que contiene el producto y el embalaje que contiene a ambos. Como tal vez para la diferencia no sea tan clara entre ambos términos definiremos a continuación que significan los mismos:
- El envase contiene, protege y presenta de forma atractiva el producto para su venta al consumidor final. Se podría decir que es como su “segunda piel”.
- El embalaje contiene al envase (y por lo tanto al producto), lo identifica y permite su fácil manipulación para su transporte y almacenaje. Se podría decir que es su “envase logístico”.
Tanto envase como embalaje siguen una normativa aplicable para cada tipo de producto a transportar: normativa fitosanitaria aplicable a los palets de madera (NIMF 15), requisitos de identificación de la mercancía en el envase y embalaje, requisitos en función del tipo de producto (mercancías peligrosas, a temperatura controlada, luminosidad, etc.,), y también en cuanto al reciclado y reutilización de los materiales que se usan como envase y embalaje.
No solo hay que atender a el envase y embalaje en la preparación de la mercancía para su transporte, también será necesario tener en cuenta el tipo de UTI (unidad de transporte intermodal) en que el va a ser transportada, de acuerdo a que no se salga de estos límites (peso y volumen). Los UTIs más utilizados en logística (con todas sus variedades posibles) son palet y contenedor (ya veremos en post futuros las UTIs más utilizadas en detalle).
Juan Antonio Marco, tutor del Máster en Logística y Cadena de Suministro en IMF Business School
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