Cada día son más las empresas que se suben al barco de las redes sociales, y muchas de ellas piensan que pueden navegar a la deriva, sin ningún tipo de planificación ni control. Esto es un error. De hecho, muchas empresas saben que deben estar ahí, pero no saben cómo ni por qué.
Internet es un medio muy dinámico, con un público complejo y también en continuo cambio, por lo que las marcas necesitan tener los ojos abiertos, escuchar y analizar al consumidor y las nuevas tendencias.
¿Pero es obligatorio estar en las redes sociales?
Pues depende. Hay empresas que les conviene y otras a las que no. Es decir, antes de lanzarte al mar debes conocerlo: si tu target utiliza las redes y cuáles, para qué las utiliza, para qué queremos colar nuestro producto en las redes sociales, como encaja la estrategia de social media en mi estrategia general y de marca, etc…
Si no analizamos todos los factores que rodean las estrategias de marketing online puede que afectemos negativamente a la marca y al producto.
Si he oído que lo de las redes sociales es fácil…
Para empezar, la improvisación no suele ser buena para las empresas. ¿Por qué iba a serlo ahora? Una vez que hayamos considerado la opción de si estar o no en las redes, hay que dedicarle tiempo de planificación, esfuerzo y mucho trabajo. Es necesario saber a quién nos dirigimos, tener un calendario de publicaciones, y preparar el contenido tiempo antes. Si todas nuestras acciones en redes sociales siguen una misma línea y están coordinadas recibiremos una mayor respuesta por parte del público objetivo.
Si por el contrario, publico cuando tengo un hueco o cuando me entero de algo, o subo una foto porque sí, pero llevo una semana sin actualizar, y me critican y les respondo a malas, etc… Este tipo de comportamiento es el que se suele dar cuando no existe una planificación seria acorde con la estrategia de la empresa y de marketing.
Una empresa o marca que desee tener presencia en internet a través de las redes sociales debe comprender que su estrategia tiene que adaptarse a los usuarios, a las redes y a los cambios repentinos que éstos puedan provocar. Cada día aparecen nuevos problemas, nuevos retos y nuevas recompensas. La estrategia debe seguir siempre una misma línea, pero no de forma estática, sino ajustándose a las circunstancias diarias.
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