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El Retargeting, un Pepito Grillo consumista

He decidido ponerme en la piel de muchos usuarios de Internet para acercaros a un gran descubrimiento. Se trata de la confirmación de que Internet no es Dios ni un ente infiltrado en nuestras vidas capaz de enterarse de todo lo que hacemos, o mejor dicho vemos, por obra y gracia del Espíritu Santo. La verdad es que a veces da miedo esa sensación de control absoluto al que estamos sometidos, desde la llegada de la Era Cibernética a nuestras vidas, y por supuesto no pretendo negar que, efectivamente, Internet y todo lo que ello engloba, es conocedor de una gran parte de nuestras acciones y decisiones. Pero todo tiene una explicación y ahí es donde yo quiero llegar.

Después de estudiar uno de los módulos del Master de Marketing y Comunicación Digital he conseguido poner nombre a una de las técnicas de marketing que más me alucinaban, y es que en varias ocasiones he repetido esa expresión con la que muchos os sentiréis identificados de: “Pero, ¿¡cómo lo sabe?!”. Pues bien, esa estrategia cotidiana de captación de consumidores poco seguros, con la que me he ido topando cada vez con más frecuencia, ha resultado responder al nombre de Retargeting. Un modus operandi que, como ahora veréis, es bastante lógico y exitoso si tenemos en cuenta que no generaliza en campañas de compradores al azar sino que pone el ojo sobre un consumidor potencial.

Se trata de impactar a un usuario que previamente ha mostrado interés por el producto o servicio de una web pero que no ha llegado a adquirirlo. Cuando visitamos una página esta deja unas cookies instaladas en nuestro navegador. Esto es como una especie de código que le chiva qué hemos visitado, en qué fecha lo hemos hecho y, con especial interés, dónde se encontraba nuestro niño bonito. Estas cookies tienen una vida de, aproximadamente, entre 15 y 45 días. El caso es que cuando abandonamos la web donde estaba ese producto o servicio, y nos disponemos a navegar por otras páginas, en los espacios publicitarios de estas nos aparecerá como por arte de magia el anuncio de la marca o del producto que ha conseguido dejarnos con la miel en los labios, y al comerciante ni te cuento.

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Para que nos entendamos todos, nace una especie de Pepito Grillo en su versión consumidora que desde esos espacios publicitarios nos gritará una y otra vez “cómprame, cómprame”. El problema del Retargeting viene cuando se instala la ley del todo vale y ese bombardeo deja de ser sutil para ser excesivamente repetitivo, de tal forma que si no acabas adquiriendo el producto o servicio en cuestión es porque: a) te has aburrido de tanto verlo que ya ni te gusta, b) tienes problemas de visión o c) posees una moral envidiable. En cualquier caso no será porque ellos no lo intenten porque, como en cualquier campaña publicitaria que se precie, pondrán toda la carne en el asador y sacarán a relucir su creatividad en forma de productos únicos o grandes descuentos, lo que siempre es un buen reclamo.

En la actualidad el Retargeting es una de las técnicas más empleadas en el marketing digital ya que se puede convertir en el mejor amigo del comerciante si este sabe cómo usarla. Y si no sabe como hacerlo también porque como os imaginaréis ya hay empresas que hacen el trabajo sucio por ti, como la marca AdRoll que aparece como cabeza de cartel del buscador de Google. ¿He oído una de SEM? ¡Marchando!

En cuanto a sus modelos de contratación el Retargeting ofrece un abanico bastante amplio, como en cualquier otro negocio en el que empresas y clientes crean sus propios micro mundos con sus propias reglas del juego. Sin embargo, si queremos hacer un podium con el top tres, los elegidos serían el Coste Por Mil (CPM), el Coste Por Clic (CPC) y el Coste Por Acción (CPA).

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Ahora que hemos descubierto el pastel disfruta de esta técnica de marketing con cabeza y con conocimiento de causa, si eres usuario, y si eres comerciante el Retargeting es un gran aliado en la búsqueda del cliente perfecto.

Patricia Galán, alumna Master Marketing IMF
Patricia Galán Rubio, alumna del Master en Marketing y Comunicación Digital de IMF Smart Education

@p_galanr

 

 

 

 

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Pues bien, esa estrategia cotidiana de captación de consumidores poco seguros, con la que me he ido topando cada vez con más frecuencia, es Retargeting.