En el último post que publicamos pudimos charlar con una de las personas que más saben de consumo responsable y de procesos productivos sostenibles de este país.
Pero durante la charla no surgió de manera detallada una materia tan actual como el branding responsable (Lacoste).
Es una herramienta comercial y de imagen de marca que suscita mucha polémica en ciertas ocasiones, por la poca credibilidad que tienen muchas de las empresas que se apoyan en dicha herramienta de Marketing, asociada a lo que anteriormente se denominaba “marketing ético” y su necesidad de cumplir dicha cuota por aceptación social.
Muchas veces no es fácil diferenciar cuando la acción promovida por la marca se ve soportada por la aplicación 360 grados de dichos valores a todos los ámbitos de la empresa.
El Branding responsable de Lacoste
El branding es una herramienta que puede aportar mucha visibilidad y capacidad de transmitir mensaje y valores. Luego se trata de ser creíble, incluso a través de los datos/hechos.
Nos ha sorprendido de manera especial por su originalidad la acción promovida por la marca francesa Lacoste para apoyar a las especies en peligro de extinción a lo largo de nuestro planeta.
No solamente por ser algo tan necesario y grave, si no por el hecho de que lo haga una marca que tenía como mandamiento sagrado no tocar su “icono” de marca, su inconfundible cocodrilo verde.
Y le han dado forma de una preciosa manera. Han sacado a la venta un número de prendas que es casi el equivalente a las especies que están en peligro de extinguirse en el planeta azul.
La sustitución del cocodrilo por animales en peligro de extinción
En nuestro planeta tenemos cerca de 1500 especies con riesgo grande de desaparición.
En dicha colección capsula, que se agotó rápidamente, pusieron a la venta 1775 polos sustituyendo al cocodrilo por otros 10 animales en peligro de erradicación. Y además, la cantidad de prendas producidas en cada caso, con el logo de cada especie, era la cantidad exacta de ejemplares que todavía sobreviven.
Así por ejemplo, de la Iguana de Anegada fabricaron 450 polos con su logo en el lugar del cocodrilo. En cambio de la Marsopa del Golfo de California solamente sacaron a la venta una treintena de polos, que equivaldría a la población restante del cetáceo.
Otros animales que tuvieron su polo blanco fueron el tigre de Sumatra o el lémur saltador, entre otros.
El debate se sostiene en si hacemos moda sostenible de manera convencida, aunque sea valorando una oportunidad de negocio, o si por otro lado y de manera básicamente oportunista y comercial, cubrimos nuestra cuota de RSC para que el mercado no nos penalice por no hacerlo.
En cualquier caso lo puesto en marcha por Lacoste me parece genial como idea/concepto, y han conseguido aportar credibilidad además de originalidad en el formato.
Quieren inspirar a otras empresas a sumarse a la iniciativa, y esperemos que cunda el ejemplo.
Branding como herramienta creativa y solidaria
Y que el branding sea una herramienta creativa, conceptual pero sobre todo muy solidaria y consciente.
No es además una campaña donde se puedan generar demasiados fondos pero si conciencia social, algo que al final me parece más importante. La educación de las generaciones que vienen y la concienciación de instituciones para frenar la aniquilación de especie tras especie.
Ya que somos tan contaminantes como industria (en el anterior post hablábamos de que somos ya la segunda tras la del petróleo) al menos tratemos de concienciar y educar en valores a través de campañas y marcas tan valoradas como Lacoste.
Es la primera vez que una sola prenda de Lacoste renuncia a su icono de gran dentadura, y ojalá no sea la última si la idea es igual de buena.
Con esta acción a la que han llamado “Salvemos nuestras especies” la empresa francesa apoya la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, con la campaña y con los fondos recaudados. Pero sobre todo con mucha visibilidad, porque tan importante como producir de manera responsable es educar y concienciar, a las generaciones que vienen.
El reto es doble.
Por otro lado, pongo sobre la mesa el debate sobre el branding “Greenwashing” (una especie de lavado de imagen verde).
Polémica con la marca Pull&Bear
Recientemente hubo una nueva polémica con una camiseta de la marca PULL&BEAR que recogía el siguiente mensaje.
“My generation will save the planet” -reduce -reuse -recycle
En torno a esta polémica comentaba Marina López, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de España, “Es importante que no nos dejemos engañar por algunas compañías que emplean mensajes a modo de ‘greenwashing’”, advirtió.
Es obvio que Pull&Bear quizás no sea el mejor ejemplo de empresa comprometida con el medio ambiente. Aunque algunos pueden pensar que nunca está de más emitir esos mensajes igualmente en sus prendas.
Otras grandes multinacionales instalan contenedores de recogida de topa en sus tiendas, pero eso no es economía circular porque su modelo productivo es demasiado destructivo pese a esas medidas “de maquillaje”.
¿El tiempo pondrá las cosas en su sitio, y en qué lugar nos dejará?
Vamos a educar a los que vienen con todas nuestras fuerzas y a legislar con dureza. No veo otra solución más esperanzadora.
Antonio Pernas Freire
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