Diez años. Ya han pasado diez años desde que Lehman Brothers se declaró en bancarrota. Fue el 15 de septiembre de 2008 cuando una de las mayores compañías de servicios financieros con sede en Estados Unidos presentaba su declaración formal de quiebra.
Cese de operaciones de Lehman Brothers
Negligencias en el manejo de sus activos y de sus clientes, acusaciones criminales, mala praxis… Con el tiempo surgieron muchas dudas de su gestión, lo que estuvo claro desde el primer momento fue el excesivo riesgo asumido en la llamada crisis de las hipotecas subprime.
Crisis financiera de alcance global
Bajo este nombre se esconde una de las crisis financieras más importantes hasta ahora, principalmente por su alcance global (en España se tradujo como la explosión de la burbuja inmobiliaria entre el 2007-2015).
Aun así, el origen estaba en Estados Unidos donde se concedían hipotecas de alto riesgo conocidas como subprime orientadas a clientes de bajos recursos económicos para permitirles el acceso a la vivienda en propiedad.
Causas de la crisis financiera
El problema no vino directamente de la pobre gente incapaz de pagar los plazos o los abusivos intereses, sino de que dichas deudas fueron titularizadas como bonos y vendidas pasando a ser activos en fondo de pensiones e inversión que no conocían el riesgo real de dichos activos.
Todo explotaría con la elevación de los tipos de interés por la Reserva Federal que llevo al impago de muchas de estas hipotecas, algo que acabó afectando a particulares y empresas de inversión que veían, de golpe, cómo sus activos perdían prácticamente todo su valor.
Recuperación del mercado
Durante estos 10 años el mercado ha seguido madurando, primero digiriendo y tratando de sobrevivir a la situación, ahora protegiéndose para evitar que se repita.
El problema fue desigual, pero afectó tanto a países como a empresas, no en vano al cerrar empresas se desbocó el desempleo y a menores tasas de ingreso tanto de entidades como de particulares se daba menos gastos y, por tanto, recesión.
Lo primero fue una reforma de las entidades bancarias, que debían proteger los depósitos garantizando el capital (vimos cómo en España entidades desaparecían, siendo rápidamente fusionadas por otras más grandes además de ver la casi desaparición de las Cajas de Ahorro).
Lo siguiente fue una protección supranacional, las entidades públicas se vieron destinando un dinero que no tenían a intentar salvar la banca para evitar el colapso y en Europa vimos la creación de un fondo de garantía de depósitos común como idea para evitar la descapitalización.
Cómo protegernos de una crisis financiera
Por desgracia nunca todo es suficiente y el dinero fácil acaba pagándose, sin duda no existen sistemas para proteger todo el complicado sistema económico actual mixto entre capitales reales y financieros.
Lo que está en nuestra mano es seguir pidiendo a las entidades una mayor protección (España está a la cola de derechos y protección del cliente bancario), al Estado (para que vigile las cuentas, los movimientos de capitales y su origen) y a nosotros mismos para tener cabeza de dónde invertir y qué hay detrás.