Cómo crear una cultura empresarial innovadora

Cómo crear una cultura empresarial innovadora

El mercado evoluciona a unos ritmos imposibles y las empresas deben saber adaptarse para seguir encontrando nichos donde mejorar. Trabajar una cultura empresarial innovadora será, sin duda, uno de los objetivos principales para lograr que las organizaciones compitan a todos los niveles.

Qué es cultura empresarial

Pero, empecemos por el principio. Por cultura empresarial debemos considerar la manera en que una organización pone de manifiesto su forma de ser, manifestando a través de sus acciones la identidad de la empresa. Las empresas cada día más deben manifestar una serie de principios y normas de actuación, no en vano los usuarios demandan este tipo de humanización de las entidades jurídicas para identificarnos con ellas.

Queremos no sólo llevar una marca, queremos que sea como nosotros, que actúe en base a nuestros principios éticos o morales, que no nos parezca un ente ajeno que nos provee de bienes o servicios si no una entidad viva con personalidad.

Esa personalidad es lo que ahora nos venden. Y no sólo las grandes empresas, sino también las pequeñas. Las PYMES nos invitan a acercarnos a ellas para favorecer el crecimiento local, como si fuera nuestra familia; nos hablan de las bondades de las pequeñas producciones mientras critican la clientela como número de las multinacionales; pretender ser como esa parte cómoda y conocida que te ofrece la familia.

La misión y valores de las empresas

Si bien las multinacionales podrían tirar por el mismo camino nos hacen ver claramente dos aspectos:

  • Su misión: sus objetivos futuros para que seas parte de sus crecimientos y tomarlos como propios cada vez que consumes sus productos. Tener un objetivo tangible siempre ayuda a estas empresas a dar una imagen de continua innovación y no del estancamiento normalmente muy plausible de las PYMES.
  • Sus valores: como método para lograr su misión nos enseñan su carácter, su manera de lograrlo para mostrarnos una imagen bondadosa con la que identificarnos. Muchas veces la forma más fácil de encontrar sus valores es a través de la responsabilidad social corporativa.
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Una pregunta habitual es cómo tratar de lograr una cultura empresarial innovadora, a día de hoy hay muchas ideas que sirven de manera interna para a estas corporaciones para dar flexibilidad a sus tradicionales rígidos sistemas para lograr mejores resultados de sus trabajadores y de manera externa para dar una imagen de empresa actual, moderna, innovadora, preocupada por los trabajadores y por el entorno mientras busca un objetivo claro y definido.

Decálogo para crear una cultura innovadora en las empresas

Podemos poner sobre la mesa un pequeño decálogo que puede ayudar para lograr una cultura innovadora en las organizaciones:

  1. Comprender el objetivo al que queremos llegar, establecer un plan de ruta claro, hacerlo público y tratar de atraer a él las mejores mentes del planeta.
  2. Dar poder real a los trabajadores capacitados, quitando importancia a puestos sólo de gestores para potenciar el puesto del trabajador contratado pero visible para la empresa que se siente importante, valorado y remunerado por ello.
  3. Dejar claro los incentivos a nivel interno, no sólo económicos si no permitir desarrollar carreras profesionales que se opongan a la estacionalidad de los trabajadores. Si una persona se estanca en un puesto reducirá drásticamente su rentabilidad y se verá alienado, perdiendo la empresa sus conocimientos adquiridos por no poder darles salida.
  4. Importante: dar salida a los trabajadores que no tengan posibilidad de movilidad dentro de la empresa, ya sea de manera horizontal o vertical.
  5. Otorgar a los trabajadores en todo momento instrumentos para desarrollar correctamente su trabajo, desde equipos hasta horarios flexibles.
  6. Creación de grupos de trabajo dinámicos para la obtención de objetivos determinados y que, una vez logrado, transmuten en nuevos para su mejora.
  7. Publicitara de manera indirecta estas acciones, no como campaña principal si no utilizando vías alternativas.
  8. Hacer comprender a los trabajadores que tanto ellos como los directivos asumen riesgos y que por ellos serán recompensados.
  9. Que la directiva actúe siempre de manera directa y lógica, con objetivos claros actuar coherentemente.
  10. Aprender de los errores del pasado.
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Manuel López Millán

Tutor de las áreas de Finanzas y Administración de Empresas de IMF Business School. Doctorando en Administración y Dirección de Empresas, Administración y gestión de empresas, por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Dirección Financiera, Contabilidad y finanzas por IMF Business School. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Especialidad intracurricular de Contabilidad. por la Universidad Complutense de Madrid

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