Si os digo que emprender no es un camino de rosas, seguramente no os estoy descubriendo nada nuevo para los que hayáis experimentado el emprendimiento o para aquellos que hayáis leído mucho al respecto.
En efecto, no es un camino sencillo, porque nada en nuestra trayectoria vital en el fondo lo es. Nada se consigue sin pagar un precio. La cuestión es que cada uno pueda valorar si ese precio le conviene pagarlo en pos de las metas.
Consejos para emprender
Asume que emprender no será un camino de rosas
Se necesita ser lo suficientemente consciente de la importancia del proceso de emprender y del concepto prueba/error, ya que nada llega sin pasar por experiencias frustrantes, en la gran mayoría de los casos de mayor éxito, sobre todo.
Confía en ti mismo
Debemos creer por encima de todo en nosotros mismos para no dudar de nuestros propios fracasos, y valorarlos simplemente como un paso más hacia la victoria. Los demás empezarán a creer en ti, cuando tú seas el primero en creer en ti mismo. Y eso empieza por tus propios equipos de trabajo, colaboradores o socios.
Sin autoconfianza no te levantarás en los momentos bajos (que son simplemente procesos de aprendizaje) ni harás que los demás crean en tu posición de liderazgo ni en lo que realmente necesitas y pides de ellos para tu proyecto.
Ten determinación para emprender
La determinación marca una gran parte de lo que queremos conseguir, siempre que los medios para llegar a la meta sean los que se alinean con nuestros valores.
Si no tenemos medios para emprender sacaremos lo mejor de nosotros en la mayoría de los casos. Eso no debería ser una excusa para justificar no conseguir lo que queremos. Porque de hecho no tener esos medios debe ayudar a sacar lo mejor de nosotros.
Decía Jean Paul Gaultier que es mucho mejor empezar sin demasiado dinero un proyecto, porque eso hace que tu imaginación se expanda hasta límites que ni siquiera tu confiabas.
Visualiza tu objetivo
Como emprendedor debes plantearte un objetivo que nos haga levantarnos cada mañana de la cama como si nos fuese la vida en ello. Visualizarlo y darnos cuenta que la “suerte” no existe en el fondo, que solamente se te puede cruzar en el camino si tienes “foco”, convicción y te rodeas de gente que cree en lo que persigues y a la que haces creer en sí mismos también.
Rodéate de un gran equipo
No olvides que un proyecto no funciona sin un equipo que sume, y un equipo suma si se siente valorado y si cree en lo que está haciendo, y junto a quien lo está haciendo.
En todos los proyectos que he llevado a cabo en mi vida, mi equipo lo ha sido todo. Yo solamente he tenido que tener fe, capacidad de juntar el talento y no dudar en la toma de decisiones. Dando el espacio y el valor a cada una de las personas que colaboraron en cada uno de ellos. Y todos tienen una parte proporcional de los éxitos que se hayan conseguido. Y debemos ser capaces de transmitir este mensaje también a nuestro equipo. Así entiendo yo el emprendimiento.
Aprende, aprende y aprende
Si no conseguimos que ese camino sea sustentando por dichos valores pueden existir interferencias que eviten la consecución de los objetivos. Pero igualmente en ese caso, se producirá un proceso de aprendizaje para reconducir las cosas en la búsqueda de los valores necesarios, por encima del fin buscado.
Porque no entiendo un mundo sin valores, y un objetivo donde los valores no estén siempre por encima de todo, más allá de los resultados.
En cualquier caso el propio equipo debe aprender en la misma medida que el emprendedor de cada equivocación o decisión equivocada( a corto plazo).
Porque en el fondo las decisiones solamente son malas o buenas a corto plazo. En el largo plazo puede ser incluso más rentable una aparente mala decisión en el corto que una aparentemente buena. Y todo se basa en lo que nos ayudó a aprender ese supuesto error.
Ejemplo de aprendizaje: el caso Adolfo Dominguez
Un ejemplo muy claro de aprendizaje en el sector textil y de cómo no rendirse y tratar de saber reinventarse, después de años de “caminos equivocados” es el de Adolfo Dominguez. Ya han dado a la marca y a la empresa por “muerta” en varias ocasiones, y el aprendizaje y el no perder la fe en su “camino” están dando los frutos deseados de manera progresiva, desde ya hace un par de años.
Están sabiendo ver que cosas no estaban respondiendo a la altura, con respecto a lo que el mercado pedía a la marca, y han emprendido el recorrido hacia esas “peticiones”. Y poco a poco recuperar la esencia “perdida” de la marca.
Quiero cerrar este post con una reflexión. Se suele utilizar mucho la frase “ o ganas o aprendes” como mantra en el emprendimiento. Hoy quiero cambiar ese dogma por otro, porque yo digo que “o aprendes o aprendes”. Porque en el fondo si no dejamos de aprender, nunca perderemos.
Antonio Pernas Freire
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