La contabilidad es una de las grandes asignaturas pendientes en la economía. Olvidada por sus estudiantes, menospreciada por los que desconocen sus beneficios y vilipendiada por ingenieros al no tener una coherencia matemática. Sin embargo siempre es necesaria y eficaz.
No en vano es una herramienta básica, que debe ser cuidada y mimada cada día. De esta manera nos proporcionará a cada momento infinita información para la toma de decisiones empresariales.
¿Qué es la contabilidad de gestión?
La contabilidad financiera tiene como base la exposición de los hechos contables de la empresa y su presentación cara a la sociedad. Se hace en forma de libros contables (Balance de Situación, Cuenta de Resultados, EFE, ECPN y Memoria). La contabilidad de gestión tiene otra misión diferente.
Esta misión es también llamada de costes o analítica, su objetivo es interno: planificar y fijar objetivos basados en producción. De esta manera encontramos ya tres diferencias significativas básicas y diferenciadoras con la financiera.
Diferencias con la contabilidad financiera
Es interna, no es pública y sólo lo usará la propia organización que la crea. Al ser interna, no existe una normativa para su realización. Las empresas la realizarán según las bases que la rigen y la experiencia adquirida.
Mientras que la contabilidad financiera nos presenta de manera objetiva las diferentes acciones que ha realizado la empresa hasta hoy, la contabilidad de costes pretende en base a ese pasado establecer los costes departamentales para poder tomar decisiones a futuro de su producción de bienes o prestación de servicios.
Aplicación principal de la contabilidad de gestión
Es una herramienta de gestión realizada por los administradores para conocer de una manera sencilla y estructurada los costes de la empresa. Es decir, aquellos gastos que han surgido con la producción y que se identifican de manera clara y directa con los diferentes departamentos o centros de producción.
Este cálculo nos permite saber la implicación de cada segmento de la empresa y sus costes asociados. Así podremos poder valorar si están infra o sobre estructurados.
Una vez hecho esto podremos decir el precio mínimo del producto (que sería la suma de los costes departamentales mínimos para su producción). De esta manera podemos establecer un adecuado precio de venta del mismo.
Otras aplicaciones alternativas
Por otro lado, encontramos otros usos o finalidades que surgen de este estudio: conocimiento del estado de las existencias del proceso de producción, cálculo del período medio de fabricación, análisis de los resultados obtenidos y una previsión para la mejora en futuros ejercicios.
Es un trabajo tedioso y no tan sencillo al no haber reglas, pero nos permitirá observar desviaciones. Esto ayudará a controlar el proceso productivo y dar soporte a aquellos departamentos que lo necesitan. También se podrán ir reduciendo paulatinamente los importes a los menos imprescindibles.