En la actualidad, y como hemos dicho en otros posts del blog, existen un gran número de normas dedicadas a aspectos determinados de nuestro trabajo y vida. De las más de 22.800 normas en activo editadas por la Organización Internacional de Normalización, hay algunas que pueden parecer muy similares o que podemos llegar a pensar que están duplicadas.
En este caso, hay que ver en qué se asemejan y en qué se diferencian, pues hay muchas normas que están creadas para aspectos particulares mientras que otras son generalistas.
Con esta situación nos encontramos a muchas normas relacionadas con la Seguridad en productos, por ejemplo. Partiendo de la norma ISO 9.001 de Sistemas de Gestión de la Calidad, aparecen otras normas relacionadas como la norma ISO 22.000 de Certificación de Sistemas de Gestión de Seguridad Alimentaria o la norma ISO 27.001 de Certificación de Sistemas de Gestión de Seguridad en la Información.
Estas normas, aunque tienen un aparente punto de partida en la primera mencionada, tienen aspectos enfocados a su ámbito de aplicación que las hacen específicas y singulares, aplicándose solo a su campo de trabajo.
Con esta situación nos encontramos con las normas a las que nos referimos en el título de este post, las normas ISO 21.500 de Directrices para la Dirección y Gestión de Proyectos y la norma ISO 10.006 de Sistemas de Gestión de la Calidad, Directrices para la Gestión de la Calidad en los Proyectos. Estas normas también tienen su punto de origen en la norma ISO 9.001.
Qué es la norma ISO 21500
La norma ISO 21.500 de Directrices para la Dirección y Gestión de Proyectos aporta a la organización una serie de recomendaciones y guías sobre cómo realizar la gestión de sus normas y estándares en relación con los proyectos que gestionan. Hay indicaciones sobre cómo gestionar los procesos, los tiempos de entrega, la gestión del riesgo o los niveles que hay que alcanzar en el servicio.
Esta norma, a diferencia de como se ha ido trabajando en la gestión de proyectos desde el comienzo (trabajando por tablas de procesos), introduce una variable en la gestión, explicando que el trabajo a través de procesos se debe hacer de forma diferenciada para procesos de dirección, procesos productivos y procesos de apoyo.
Estos procesos que la norma estima quedan indicados en un índice con 39 procesos a tener en cuenta y los relaciona con el ciclo de vida del proyecto.
Qué es la norma ISO 10006
Por otro lado, la norma ISO 10.006 de Sistemas de Gestión de la Calidad, Directrices para la Gestión de la Calidad en Proyectos es una norma enfocada a la orientación a las organizaciones sobre la aplicación de la gestión de la calidad en los proyectos que estas organizaciones tienen abiertos.
Por tanto, esta norma no es una serie de indicaciones sobre cómo gestionar los proyectos, aspecto más relacionado con la ISO 21.500, sino que está enfocada en orientar a las organizaciones en cómo gestionar la calidad en los procesos de gestión de sus proyectos.
El contenido de la norma ISO 10.006 reconoce que los proyectos son el centro de la estrategia en las organizaciones y que la Alta Dirección de las organizaciones deben estar implicadas en los proyectos más relevantes y tienen una gran responsabilidad en estos.
Diferencias y semejanzas entre ISO 21500 e ISO 10006
Por tanto, como podemos deducir, estas normas son normas complementarias, ya que una no sustituye a la otra, sino que tienen objetivos diferentes y beneficiarán a las organizaciones en aspectos diferentes de los proyectos, como se lleven a cabo y como se gestionen de cara a los intereses de las organizaciones.
Además, cabe destacar que ninguna de estas dos normas es certificable. Esto quiere decir que ambas normas son directrices o recomendaciones a las organizaciones, pero que no tienen una base certificable como si ocurre en normas como la norma ISO 9.001 de Sistemas de Gestión de Calidad, donde la norma requiere que se realicen aspectos concretos con los sistemas de la organización, se tengan determinados procesos o procedimientos de control y se realicen acciones ante situaciones.
A cambio de cumplir con estas acciones requeridas por la norma ISO 9.001, las organizaciones pueden solicitar a organizaciones habilitadas a que se les certifique que cumplen con el estándar de la ISO 9.001.
Las normas ISO 21.500 y 10.006, al no ser certificables, su implementación proporcionará ventajas en las organizaciones cuando se dispongan a gestionar los proyectos que tienen en marcha, mejorará la calidad de estos, de forma que, al trabajar siguiendo unas directrices de gestión, los proyectos estarán más controlados y serán mucho más fáciles de verificar y vigilar por parte de los clientes, socios accionistas y demás partes interesadas, pero no podrán ser certificadas por organizaciones externas sobre la implementación de estos estándares en la organización.
Después del análisis de estas normas, podemos concluir que ambas son normas complementarias, pero que en ningún momento se solapan o se suprimen la una a la otra.
Ambas tienen mucha relación con la norma ISO 9.001 de Sistemas de Gestión de Calidad, pero afectan a aspectos diferenciados de la organización dedicada a la gestión de proyectos, dado que la norma ISO 10.006 se centra en la gestión de los procesos que se llevan a cabo para desarrollar los proyectos, mientras que la norma ISO 21.500 se centra más en los procesos de los proyectos en sí, en los que deberían ser para llevar a buen puerto un proyecto determinado.
Joaquín Martínez Serrats, tutor del Máster en Calidad, Medio Ambiente y PRL en IMF Business School.
https://blogs.imf-formacion.com/blog/corporativo/calidad/cuales-normas-iso-mas-utilizadas-mundo/
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