Partamos de una definición, ¿a qué llamamos “economías de escala“? Tras esta expresión muy nombrada (aunque, por desgracia, no siempre correctamente usada) encontramos un concepto nacido originalmente en la microeconomía.
Qué son las economías de escala
Este término hace referencia a las ventajas que se pueden obtener de la producción a largo plazo. La idea es sencilla y tiene que ver con los costes.
Diremos que una empresa obtiene economías de escala cuando, a partir de un determinado volumen de producción, los costes unitarios se van reduciendo ya que no aumentan en la misma proporción.
Pongamos, por ejemplo, una empresa de fabricación y venta de panes. Su producción diaria conlleva una serie de costes (salarios, impuestos, alquileres, materia prima, servicios…) que pueden dividirse entre costes fijos y costes variables.
Los costes fijos los tendrá la empresa venda una o infinitas barras, pero una vez cubiertos éstos y su parte de los variables (el punto muerto) la compañía empezará a tener beneficios.
Desde ese momento, cada unidad vendida sólo deberá cubrir sus costes fijos y aunque un volumen haga que sean necesarios nuevos costes (más suministros o más trabajadores), estos crecen siempre menos que los beneficios. Esto es una economía de escala.
Lograr una economía de escala en la empresa
Si bien el primer objetivo siempre debe ser lograr ese punto muerto, es bastante primordial conocer si la organización es capaz de lograr economías de escala o no.
De saber que ese objetivo es conseguible debemos intentar usar de él y aprovechar para expandir la empresa. Un aumento de la producción con una reducción de costes sin duda permite la expansión, el poder de negociación de proveedores aumenta y la inversión en tecnología cada vez es más rentable.
Economías de escala y estrategias de crecimiento
Pero, por desgracia, un mal uso de las economías a escala puede llevar a problemas.
No en vano al producir tan en masa se pierde flexibilidad en la producción, reduciéndose así la capacidad de la organización para hacer frente a cambios inesperados de la demanda.
Esta estandarización puede llevar a una visibilidad demasiado básica o deteriorada del producto ofertado, lo que puede conllevar a nuevos problemas por la inmovilidad de la estructura.
En definitiva, las economías de escala son objetivos a conseguir por las empresas y aquellas de elevados costes fijos tenderán a conseguirlas y mantenerlas de manera más sencilla.
Aún así, lo bueno de este concepto puede suponer también su propia debilidad influyendo en el mercado negativa al no ser capaz de adaptarse rápidamente a los cambios que esta demanda constantemente.
Por ello, lo que en principio puede ser algo beneficioso se puede convertir en una trampa mortal, por lo que a pesar de que garantiza un crecimiento debe ser vigilado y modificado si fuese necesario.