Debido a las presiones, cada vez más competitivas y económicas, globales la empresas, el mundo de los negocios se está viendo obligados a globalizar o adaptar su estrategia de marketing internacional. Como resultado, los gerentes deben cambiar la forma en la que realizan sus negocios y la estrategia de marketing con el fin de competir eficazmente en el mercado internacional.
Dentro de la empresa y su planificación estratégica, han de tomarse decisiones en cuanto a la adaptación o estandarización del producto, el envase y el marketing. Es muy complejo encontrar empresas que lleven a cabo una estrategia de estandarización completa; aunque se trate de empresas con alta presencia internacional, suelen realizar adaptaciones a los mercados locales.
Existen toda una serie de factores que favorecen la estrategia de estandarización o adaptación y varias razones para el mayor grado de estandarización del producto, como un mayor incentivo para cosechar los beneficios de las economías de escala en la investigación, el desarrollo y la producción o el deseo de una rápida difusión de nuevos productos en el mercado, especialmente teniendo en cuenta que los ciclos de vida de los productos son cada vez más cortos. Otro motivo es la necesidad de lograr una mejor coordinación y maximización de recursos a través de la aplicación de controles de producción más uniformes y de estándares internos de calidad.
Factores que favorecen la estandarización en el comercio internacional
Un factor decisivo en la estandarización son las economías de escala. Dependiendo de la tecnología que esté disponible para cada sector, existen unas ciertas economías de escala. Es decir, si se produce un aumento en la cantidad, esto tiene como efecto una disminución en el coste por unidad. La presencia de la empresa en un entorno global aumenta la escala de sus actividades de modo automático, aportándole más capacidad productiva y mayor base de activos. Sin embargo, esta mayor escala solo creará una ventaja competitiva si la empresa es capaz de transformar este mayor volumen en verdaderas economías de escala.
Las ventajas de las economías de escala tienen una manifestación en el proceso de homogeneización de los gustos de los consumidores gracias a la globalización; al semejarse los gustos/preferencias/ deseos de los consumidores y su comportamiento, el diseño, la fabricación y la comercialización de los mismos productos se simplifica.
Los organismos supranacionales y la convergencia de los sistemas legislativos y jurídicos, favoreciendo normas comunes para países diferentes, han tenido como efecto una liberalización y armonización de los mercados en numerosos países o bloques regionales. Esto es determinante en Europa puesto que favoreció la apertura al mercado internacional a empresas de todo el marco europeo, simplificando el cumplimiento de las normativas. Asimismo, la integración económica, la supresión de barreras aduaneras, las restricciones al libre comercio y fomentar el intercambio de bienes y servicios ha tenido como efecto un aumento y mejora del comercio internacional entre los países europeos.
Factores que favorecen la adaptación en el comercio internacional
La diversa normativa sobre productos, envasado y embalaje requieren que se realice una adaptación por parte de las empresas con el fin de poder comercializar el producto en mercado extranjero.
Estas normativas de aspectos técnicos que regulan las características de los productos, el hecho de que se precise homologar los mismos y los diversos requerimientos legales que pueden afectar al producto y a su comercialización −los matices y diferencias en el comportamiento, los gustos y las preferencias de los consumidores según sea su origen− incitan a las empresas a procesos de adaptación.
Es relevante destacar la existencia de diferencias en la utilización del producto, modo, contexto temporal, etc. según el país de procedencia del consumidor, favoreciendo que las empresas opten por el proceso de adaptación del producto y de la comunicación utilizada.
La existencia de tecnologías de producción flexibles ha posibilitado la fabricación en pequeñas series a bajo coste, un elemento que facilita la adaptación. Gracias a los avances tecnológicos y a los sistemas de producción, esto ha hecho que las empresas tengan la posibilidad de fabricar series más cortas, sin que tenga un impacto negativo en su competitividad.
Un factor de considerada relevancia es también el constituido por las diferencias culturales. Las principales diferencias son las idiomáticas, los parámetros que determinan las valoraciones de la dimensión estética, las diferentes costumbres, la religión y el sistema de valores. Todo ello ha de ser considerado en los procesos de comercio internacional ya que, para alcanzar las cuotas de ventas y éxito determinadas, resulta necesario un proceso de adaptación de las mismas.
Nieva Machín Osés
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