Estrategias financieras orientadas a la creación de valor

Los directores financieros de una organización tienen como principal misión la captación y destino de recursos financieros para, en las mejores condiciones posibles, lograr el máximo valor de la empresa. Formándote en un Master de Dirección y Administración de Empresas adquirirás todos los conocimientos necesarios para llevar a cabo estrategias financieras que ayudarán a las empresas en la creación de valor.

Teorías sobre estrategias financieras clásicas

La antigua y, por tanto, desactualizada visión clásica de las empresas y su gestión decía que las organizaciones debían tratar de lograr el máximo beneficio posible. Pero este punto de vista se antoja arcaico y tan poco factible (¿el máximo no sería el infinito?) que las teorías económicas lo han ido dando de lado poco a poco.

Las teorías económicas clásicas se basaban en un control férreo de la organización en todas sus partes, tratando de controlar sus costes/beneficios usando datos históricos.

Estrategias financieras en la actualidad

En la actualidad, Internet, el Big Data y las teorías económicas (teoría de juegos, economía financiera…) permiten proyectar los datos a futuro de manera provisional. Con esto se consigue una creación de valor sostenible y duradera en un período de tiempo esquivando de cierta manera la incertidumbre clásica de estas decisiones.

El objetivo de las estrategias financieras para la creación de valor

Este objetivo, por tanto, no se basa en los conceptos contables tradiciones de análisis de la cuenta de resultados, sino en el estudio de flujos de caja a futuro. De esta manera el objetivo de creación de valor, además, será más global. No en vano, si logramos que una nueva inversión tenga éxito, eso repercutirá en mayores beneficios, lo que hará que las participaciones de la empresa sean más valiosas lo que la permitirá crecer. Al crecer la dirección tendrá mayores beneficios y la empresa podrá contratar a nuevos trabajadores, más dinero para las personas (dividendos para los primeros y salario para los segundos) dará a estas una mayor capacidad de gasto que hará crecer a otras empresas.

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Además, la mayor capacidad adquisitiva y el crecimiento de las personas redundan en sociedades más grandes económicamente hablando y en un mayor pago de impuestos. De esta manera vemos que la creación de valor acaba repercutiendo en el conjunto de la sociedad, ese concepto denominado “stakeholders”.

De ahí que la creación de valor sea beneficioso para todo el mundo, mientras que la consecución del beneficio podría sólo beneficiar a los accionistas.

En definitiva, maximizar el valor para los accionistas aumentará el valor de la empresa haciendo que los negocios atraigan a nuevos inversores que provocarán aumento de los precios de las nuevas acciones, reduciendo el coste de financiación y mejorando la rentabilidad de la inversión. Si, por otro lado, no lo logramos, las empresas estarán destinadas a desaparecer, al no llamar la atención de nuevos inversores que las impulsen a crecer y al costar cada vez más sus vías de financiación.

La teoría de la agencia, ¿un problema?

Obviamente encontramos un problema, ya que en numerosas ocasiones la búsqueda de la creación de valor puede llevar a que en uno o varios ejercicios los beneficios se resientan. No en vano, se deben buscar objetivos a largo plazo, lo que puede llevar a tener que renunciar a parte de ingresos actuales para lograr mejores rendimientos en el futuro. Esto puede ser un problema y una lucha entre los directores financieros y los socios de la empresa, algo que se denomina teoría de la agencia.

Llamamos, por tanto, teoría de la agencia a los problemas que surgen entre directivos y socios a la hora de fijar los objetivos de la organización.

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Por ello, debe ser de vital importancia que los objetivos de estos dos grupos sean parejos y entiendan tanto las necesidades del otro como la necesidad de búsqueda de valor de la organización. De no ser así las organizaciones perderán la objetividad que da tener un claro objetivo a futuro que les permita seguir creciendo, ya que de no hacerlo estarán condenadas a desaparecer.

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Manuel López Millán

Tutor de las áreas de Finanzas y Administración de Empresas de IMF Business School. Doctorando en Administración y Dirección de Empresas, Administración y gestión de empresas, por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Dirección Financiera, Contabilidad y finanzas por IMF Business School. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Especialidad intracurricular de Contabilidad. por la Universidad Complutense de Madrid

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