Vivimos en un entorno cada vez más globalizado, más digitalizado, más VUCA, que no es más que el acrónimo en inglés de las palabras Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity. En resumidas cuentas en un entorno empresarial más competitivo. Esa competitividad afecta a un valor sensible como es la seguridad económica y por tanto a la seguridad nacional.
En nuestras mentes quizás asociamos este concepto por ejemplo a un atentado terrorista, algo sin duda desbastador e impactante. No obstante, los daños causados no tienen que ser necesariamente más altos en un atentado que en cuestiones económicas.
Cómo influye la seguridad económica de un país
Una crisis económica como la recién tenida supone también un número importante de daños humanos.
De este modo, existen distintos estudios sobre cómo una cierta reducción porcentual del Producto Industrial Bruto en un país, o un incremento de las cifras de desempleo, o de las cifras de desahucios en el mismo acaban acarreando, entre otros aspectos, un aumento de los suicidios, de los infartos, de las depresiones, y generando también bajas humanas.
Inteligencia competitiva y económica
Por lo tanto, la seguridad económica de un país incluye medidas para potenciar y proteger el tejido económico del país y dentro de éste el tejido empresarial.
La inteligencia es un elemento importante para llevar el proceso a buen puerto.
Se entiende como inteligencia competitiva la realizada por las empresas mientras que la inteligencia económica es la que se lleva a cabo a través de la gestión pública.
Ciclo de inteligencia y fases que lo comprenden
En ambos casos se aplica el Ciclo de Inteligencia.
Este ciclo tiene las siguientes fases:
Fase de planificación
La primera es la planificación en la que se estudia qué inteligencia es la que se necesita, qué necesidades y recursos se requieren para poder llevarla a cabo y cómo va a ser el proceso para conseguirlo, es fundamental una buena planificación para optimizar los recursos y ser eficiente en la gestión de los mismos.
Obtención de información
La segunda fase es la obtención de la información, el conseguir aquellos datos que sean relevantes para cumplir la misión encomendada y para la que se ha planificado.
Análisis de la información
La tercera fase es el análisis de la información, se trata de convertir la información conseguida en inteligencia a través de distintas técnicas de análisis.
Distribución
Finalmente la última fase es la distribución de la inteligencia generada a los distintos destinatarios que deban conocerla y ayudarle a tomar decisiones. Estos son los usuarios de la inteligencia los gestores que necesitan conocer y a los que se les suministra la inteligencia.
Una vez distribuida la inteligencia pueden surgir nuevas dudas a los clientes por lo cual se volvería a activar el ciclo de inteligencia en este caso con unas necesidades más focalizadas a las nuevas necesidades que a los usuarios les haya surgido y que requieran para ayudarles a tomar decisiones.
La inteligencia en el mundo empresarial
La aplicación de la inteligencia en el mundo empresarial tiene países referentes que durante siglos, sí siglos, la han ido desarrollando. Sirvan como ejemplos Japón, Suecia o Alemania con una grandísima tradición histórica en la materia a las que se han ido sumando el resto de potencias económicas, en pos de su seguridad económica y, por tanto, de su seguridad nacional.
Dr. Héctor Izquierdo Triana, Director del Master Universitario en Dirección de Empresas de Cela Open Institute.
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